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Dos mujeres, dos caminos

Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum resultaron ganadoras de los procedimientos internos que, respectivamente, organizaron el Frente Amplio por México y la Cuarta Transformación para elegir a quienes serán sus candidatas a la Presidencia de la República. Siendo hasta ahora las abanderadas confirmadas, Humberto Musacchio, periodista y colaborador de Voz y Voto, escribe sobre ellas las siguientes semblanzas.

Xóchitl Gálvez Ruiz

Si los cuatroteros hubieran vivido entre 1857 y 1872, seguramente hubieran acusado a Benito Juárez de ser un falso indígena, pues a quién se le ocurre ser indio y aspirar a la Presidencia de la República. Para burlarse de su origen como pastor de ovejas, lo hubieran apodado Míster Borreguitos y, por casarse con una mujer que no era de su clase lo hubieran llamado aspiracionista y cosas peores.

Algo muy parecido ocurre ahora, cuando seguidores fanáticos del actual gobierno, entre ellos varios periodistas de la Gaceta Cuatrótica, ponen en duda que Xóchitl Gálvez sea hija de otomí y si lo aceptan es para descalificarla por usar un lenguaje ordinario. Con evidente clasismo, se burlan de una infancia de miseria y trabajo que la llevó a vender gelatinas y por eso la llaman #LadyGelatinas, además de tacharla de “aspiracionista” porque en su afán de superarse, vino a la ciudad de México, donde habitó un cuarto de azotea y a costa de enormes esfuerzos pudo estudiar ingeniería en computación en la UNAM.

Sorprende que tales intentos de descalificación provengan de los adeptos a un gobierno que se dice de los pobres y hasta de izquierda. Lo lamentable, es que quien encabeza esa campaña de ofensas y el tenaz intento de negarle valor a quien viene desde abajo sea precisamente el jefe del Estado mexicano, quien igualmente proviene de los estratos sociales menos favorecidos, alguien que luchó día a día para superarse y quien aspiró –hay muchas formas de “aspiracionismo”– a llegar al más alto cargo público, lo que consiguió a costa de sacrificios sin cuento y de una indoblegable tenacidad.

La burla, la incomprensión y la falta de respeto a quien tuvo la fuerza para seguir el camino que eligió, lejos de achicarla le han dado a Xóchitl una proyección que hasta unas semanas no tenía. Ante cada ataque, frente a cada intento de linchamiento, ella ha dado respuestas contundentes, firmes, precisas, teñidas de una ironía que se recibe con agrado social. Eso mismo la ha convertido en una figura temible para los afanes sucesorios del gobierno morenista.

Pero ella no olvida quién es y de dónde viene. Nacida el 22 de febrero de 1963 en Tepatepec, Hidalgo, en pleno valle del Mezquital, es hija de un profesor de educación básica, necesariamente hablante de español y ñañu, hombre machista y no necesariamente cumplidor con el gasto diario, pues la esposa y las hijas tenían que trabajar para que no faltara lo indispensable en casa. Por eso mismo, recientemente declaró que estaba de acuerdo con los programas sociales del gobierno y demandó que fueran acompañados de educación y oportunidades laborales, pese a lo cual, el presidente López Obrador la acusó de estar contra los citados programas y ella demandó su derecho de réplica, lo que fue respaldado por una resolución de juez que sin embargo no acató el mandatario, cuyos guaruras le cerraron a Xóchitl la puerta de Palacio.  

Recibir educación escolar tampoco fue fácil para la abanderada de la oposición. Cursó la primaria en su pueblo, donde no había secundaria, lo que la obligó a viajar diariamente a Mixquiahuala, distante unos diez kilómetros. Al concluir su bachillerato, se mudó a la ciudad de México y se inscribió en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, donde para costear sus estudios trabajó de telefonista y después de pasante en el INEGI, donde llegó a jefa de departamento. Otro ingreso importante fue la beca que obtuvo al ganar un concurso del Centro de Cálculo de la misma Facultad, donde se tituló como ingeniera en computación.

Al continuar sus estudios se especializó en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes y ahorro de energía, aunque para entonces ya tenía una rica experiencia que la llevó a ser directora de teleinformática del World Trade Center y a coordinar, en 1992, el sistema de información y comunicaciones del pabellón mexicano en la Exposición Universal de Sevilla. En el mismo año fundó High Tech Services, firma especializada en el diseño de edificios inteligentes.

En 1995, seguramente pensando en su dura infancia, creó la Fundación Porvenir con el fin de organizar a mujeres indígenas y capacitarlas para estimular su desarrollo económico, llevar ayuda a niños con problemas de desnutrición en varias zonas indígenas de por lo menos cinco estados de la República, apoyar diversos proyectos en zonas marginadas, como fue la purificación del agua para consumo humano en el Valle del Mezquital, tareas todas que le merecieron una invitación de Luiz Inácio Lula da Silva al Foro Social de Porto Alegre, Brasil.

Obtuvo el Premio a la Empresaria del Año en 1994 y 1995. También ha recibido, entre otras distinciones, la Presea Pericles al Mérito Social, del Museo Amparo, de Puebla; el reconocimiento del World Economic Forum de Davos, Suiza, como una de las cien líderes globales del mundo, y su designación por la revista Business Week como una de las veinticinco Latin American’s Business Elite.

Su carrera política comenzó 2000 dentro del gobierno de Vicente Fox, en el que encabezó la Comisión de Desarrollo de los Pueblos Indígenas. En 2010 fue candidata a gobernadora de Hidalgo, con apoyo del PAN, el PRD, el PT, ahora achichincle de Morena, y Convergencia, hoy convertido en el indeciso Movimiento Ciudadano. Pese a todo, fue vencida por las acostumbradas marrullerías del PRI, pese a lo cual obtuvo más de cuarenta y siete por ciento de la votación.

Entre 2015 y 2018 fue jefa delegacional de Miguel Hidalgo, en la ciudad de México, y al término de gestión se convirtió en senadora de la República por el pan, partido en el que no milita formalmente, pero al que ha sido leal. En la llamada Cámara Alta es presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, secretaria de la Comisión Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana e integrante de otras comisiones.

De sus logros en los cargos públicos que ha desempeñado, la Wikipedia ofrece una larga lista. De su éxito como empresaria hablan elocuentemente los trabajos para los que ha sido contratada su empresa. Es una mujer exitosa y ampliamente reconocida dentro y fuera de México, pero ni siquiera eso le puede garantizar el triunfo en las elecciones de 2024.

En el partido guinda, como lo denunció Marcelo Ebrard, hay gente dispuesta a violar la ley y a pisotear la voluntad ciudadana. También hay funcionarios del actual gobierno federal y de los estatales dominados por Morena muy dispuestos a rechazar el cumplimiento de las normas, como lo hemos visto en las pasadas semanas. Para ablandar a los eventuales simpatizantes de la hidalguense abundan los mensajes en redes sociales que lanzan insultos y las más peregrinas acusaciones contra la candidata del Frente Amplio por México, como responsabilizarla por el encarcelamiento de su hermana, en un caso al que es ajena. Por si algo faltara, se le quiere ver como hechura de Claudio X. González, quien desde luego influye pero no decide en el Frente Amplio por México. 

Sin embargo, el riesgo mayor para Xóchitl está en sus propias filas. La rebatinga por las candidaturas puede desembocar en zancadillas, golpes bajos y toda clase de marrullerías que pondrán en peligro la necesaria unidad de la oposición. Otro factor en contra es la disposición de la ingeniera para que quien encabece la elaboración de su programa económico sea Ángel Gurría, a quien por su servilismo hacia los gringos llaman “El Ángel de la Dependencia”. Otra figura poco recomendable, también promovida por Xóchitl, es el ex gobernador de Tamaulipas Francisco Javier García Cabeza de Vaca, sobre el que pesan varias órdenes de aprehensión, ante lo cual huyó a Estados Unidos. A este espécimen quiere la candidata entregarle la comisión de seguridad. La iglesia en manos de Lutero.

Algo que seguramente le quitará votos es que en una entrevista con Bloomberg dijo que, en caso de resultar elegida como presidenta en 2024, estaría dispuesta a abrir a la iniciativa privada la participación en el sector energético, particularmente en Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, porque las empresas estatales “son pésimas para administrar el dinero” y también “pésimas para ser productivas”, por lo cual reabriría “las rondas de licitación petrolera” que se cancelaron en el gobierno de AMLO.

 Gálvez consideró que “hay que ser muy estúpido para apostar a los combustibles fósiles”, porque se trata de algo caro y sucio. De ahí su apuesta por “explotar las fuentes renovables, como el hidrógeno verde, la fotovoltaica, la eólica, dado que el país tiene potencial para producirlas”, si bien consideró necesario que el sureste cuente con infraestructura para transportar gas natural y el crudo a la industria petroquímica.

Un comentario de Bloomberg ilustra la falta de tacto de Xóchitl para abordar el asunto, pues recordó que “México fue uno de los últimos países del mundo en abrir su mercado energético a la inversión privada, ya que el petróleo es un símbolo político de larga data de la soberanía de México… (y) en el país está todavía muy arraigado el sentimiento de que la empresa pertenece al pueblo.”

Sí, es algo discutible, pero se trata de un símbolo patriótico, y los símbolos deben tratarse con pinzas. Mejor hubiera sido mencionar la inmensa deuda de Pemex, la cada vez menor producción de crudo de los últimos años, el huachicoleo y la corrupción que ha marcado la vida de Pemex desde que el gobierno de Miguel Alemán golpeó al sindicato petrolero para abrir paso a los líderes charros, aliados y socios de funcionarios deshonestos con quienes comparten la militancia en el PRI, partido que hoy dice respaldar la candidatura de Xóchitl Gálvez.

Paradojas de la política.

Claudia Sheinbaum Pardo

Claudia Sheinbaum Pardo nació en la ciudad de México el 24 de junio de 1962. Sus abuelos maternos, judíos sefaradíes, llegaron de Bulgaria huyendo del terror nazi. El abuelo fue un emprendedor, creador de empleos y de riqueza. La abuela, la adorable Madeleine Cemo, era una extraordinaria lectora que platicaba de sus libros como si estuviera saboreándolos, pero siempre lejos de toda presunción, pues lo que buscaba era compartir su gusto por ciertos autores. Ella, aunque escribía su apellido con C, era hermana de Enrique Semo, historiador y teórico marxista, quien militó muchos años en el Partido Comunista y fue secretario de Cultura en el gobierno capitalino de Andrés Manuel López Obrador. 

La ahora abanderada de Morena es hija del ingeniero tapatío Carlos Sheinbaum Yoselevitz, hijo de lituanos, comunista de toda la vida fallecido en 2013 –“un hombre digno, honesto y generoso”, dice Eduardo Ibarra–. La madre de Claudia es Annie Pardo, licenciada en biología y doctora en bioquímica por la UNAM, con estancias de investigación en varias universidades de Estados Unidos. Padre y madre participaron en el movimiento de 1968 y Annie, quien entonces trabajaba en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Politécnico, fue detenida por algunos días. Luego, ella pasó a la UNAM, donde ha sido profesora, investigadora nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y directora de la Facultad de Ciencias. Ha recibido numerosas distinciones, entre otras el Premio Nacional de Ciencias 2023.

Una hermana de Claudia, Adriana, está casada con Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez. Por su parte, la ahora candidata a la Presidencia se casó en 1987 con Carlos Ímaz Gispert y ambos participaron en el movimiento estudiantil de la UNAM en 1986-87. Son también cofundadores del Partido de la Revolución Democrática y de Morena. Ímaz fue jefe delegacional en Tlalpan y víctima del complot urdido por Vicente Fox y sus compinches y ejecutado por Carlos Ahumada Kurtz para descarrilar una eventual candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Como se sabe, todos los políticos, aunque lo nieguen, suelen recibir dinero de particulares para sus campañas políticas. Los miembros del PRD no eran la excepción, la diferencia es que un empresario deshonesto, al servicio de políticos del PRI y del PAN, tomó video de los perredistas a los que daba dinero. Ímaz fue uno de ellos, lo que acabó con su prometedora carrera política y a la larga con su matrimonio, pues él y Sheinbaum se separaron en 2016.

Durante sus estudios de bachillerato en el CCH-Sur, Claudia estuvo en el movimiento en favor de los rechazados por el examen de admisión de la UNAM y tomó parte activa en la organización de Rosario Ibarra de Piedra y su lucha con las madres de presos y desaparecidos por motivos políticos. Estudió en la Facultad de Ciencias de la UNAM y en 1989 se tituló como licenciada en física. En 1994 obtuvo la maestría en ingeniería energética y posteriormente el doctorado en la misma especialidad, todo en la Universidad Nacional Autónoma de México. En los tres casos las tesis que presentó muestran su interés social: Estudio termodinámico de una estufa doméstica de leña para uso rural, Economía del uso eficiente de la energía eléctrica en la iluminación y Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México.

Una vez obtenido el doctorado, durante cuatro años realizó trabajos de investigación en el Lawrence Berkeley Laboratory, donde escribió varios artículos científicos que publicó en revistas arbitradas. Desde 1995 estuvo formalmente adscrita al Instituto de Ingeniería de la UNAM, del que es investigadora titular y donde trabajó sobre la relación entre energía y cambio climático. Hizo estudios de posgrado en temas relacionados con su especialidad y en 2008 publicó el libro Problemática ambiental de la Ciudad de México, ya como integrante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, organismo que obtuvo entonces el Premio Nobel de la Paz.

Siendo, pues, una profesionista con tan brillante carrera, en el año 2000 Andrés Manuel López Obrador la invitó a ocupar la Secretaría de Medio Ambiente de la administración capitalina. En ese cargo, sus prioridades fueron el control de emisiones, el uso de la energía solar y la vigilancia, conservación y aprovechamiento del suelo de conservación. Paralelamente, AMLO le pidió asumir la responsabilidad en la construcción del segundo piso del Periférico, en el tramo de San Antonio a Contreras, lo que concluyó exitosamente. Otras tareas que cumplió cabalmente fueron el tendido de la primera línea del Metrobús y la creación de una central de cómputo para vigilar los verificentros.

En 2006, después de un proceso manchado por las campañas negras contra el candidato de la izquierda y múltiples irregularidades, las autoridades electorales le dieron el triunfo al candidato de la derecha, quien ante los cuestionamientos sobre su más que discutible victoria, soltó una frase que define lo ocurrido: “Haiga sido como haiga sido”. AMLO se declaró “presidente legítimo” y, en lo que se llamó el gabinete alternativo, nombró a Sheinbaum encargada de la Secretaría de Defensa del Patrimonio Nacional. Dos años después coordinó el Movimiento en Defensa del Petróleo, con brigadas de mujeres a las que se conoció como “adelitas”, con lo cual se logró impedir en ese momento la privatización de Pemex.

A fines de 2011 dejó como tantos el PRD para fundar con López Obrador el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y cuatro años después fue elegida jefa delegacional en Tlalpan, donde tuvo un intenso y no siempre feliz aprendizaje, pues conoció y padeció los problemas que enfrenta quien ocupa un cargo de gobierno, lo que incluye la integración de un equipo ejecutivo eficiente, el manejo de personal, la distribución más adecuada del presupuesto, el impulso a las tareas prioritarias, la conciliación de distintos enfoques y la estrategia necesaria para contar con la aprobación de los ciudadanos.

Contra Claudia se han lanzado críticas por lo ocurrido en el Colegio Rébsamen, que se derrumbó durante el temblor de septiembre de 2017 con saldo de diecinueve niños y siete adultos muertos. Hoy están en prisión la dueña de ese centro escolar y tres directores responsables de obra.

Cuando era delegada, uno de sus subordinados hizo demoler una capilla en el llamado Centro Comunitario Maya, pero ocurre que el templo fue construido ilegalmente en terrenos de la ciudad por los purititos ánimos del obispo Crispín Ojeda, al que buscó la jefa de Gobierno para indebidamente aceptar la división del predio para levantar, en la mitad, un centro cultural y en otra una capilla, algo que no corresponde a un gobierno laico.

A fines de 2017, con pleno apoyo de AMLO, Claudia Sheinbaum fue designada candidata de Morena a la jefatura de Gobierno de la ciudad de México, cargo al que llegó en 2018 con casi cuarenta y ocho por ciento de los votos. Como jefa de Gobierno, Claudia se preocupó por la seguridad de las mujeres, para lo cual impulsó la alerta de género, creó la línea SOS 765 e hizo construir 710 kilómetros de senderos seguros bajo el lema de “Camina segura, camina libre”. Estableció el programa Mi Beca para Empezar, que benefició a un millón doscientos mil estudiantes.

Durante la pandemia de Covid-19, la ciudad de México tuvo una de las más altas tasas de vacunación. El gobierno capitalino distribuyó pequeños botiquines que contenían mascarillas y sustancias de carácter preventivo ante la amenaza de contagio, lo que fue duramente atacado por quienes se oponen al empleo del desparasitante ivermectina y otros medios profilácticos, curativos y baratos, probados y aprobados en la práctica, pero condenados por la medicina mercantil. Pese a todo, la UNESCO otorgó a la ciudad de México el Premio Netexplo Linking Cities 2021, que reconoció lo acertado de la gestión gubernamental en la pandemia.

En el plano educativo, se fortaleció a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, combatida en el sexenio anterior por una rectora que parecía tener como finalidad el cierre de la institución. Paralelamente se fundaron el Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud. Se abrieron en zonas proletarias de la ciudad los llamados Pilares (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación, y Saberes), donde se trabaja en la capacitación para el empleo, el deporte y la cultura.

En el caso de los inmuebles afectados por el sismo de 2017, faltan por edificarse dos mil viviendas. Un factor de este retraso fueron las corruptelas que se presentaron en la Comisión de Reconstrucción, donde la política fue ofrecer fondos a las víctimas del terremoto, pero igualmente a quienes no lo necesitaban, todo para favorecer a empresas constructoras que operaban en forma sospechosa. Baste decir que cinco de esas firmas tenían el mismo domicilio: una casa particular donde por supuesto no se atendía al público. Por fortuna, Sheinbaum suprimió la comisión de marras, pero falta enjuiciar a los corruptos. 

 Se adquirieron 2500 bicicletas para el sistema Ecobici, del que se habilitaron seis estaciones, y se habilitaron 200 kilómetros de ciclovías. En el sistema del metrobús se ampliaron las rutas 3, 4 y 5 y se inició la rehabilitación del tren ligero.

Donde se le acumularon los problemas a la jefa de Gobierno fue en el metro. Los muy frecuentes retrasos, accidentes, fallas en los equipos y otros problemas ya eran suficientes para delinear una estrategia destinada a la rehabilitación de todo el sistema, mismo que estaba afectado, dicen los que saben, por la obsolescencia de los equipos y la falta de mantenimiento. La situación hizo crisis en 2021, pues el 9 de enero se incendió el Centro de Control con saldo de un muerto y decenas de intoxicados. Cuatro meses después, el 3 de mayo, ocurrió la tragedia de la línea 12 que costó por lo menos veintiséis vidas y decenas de pasajeros con lesiones, algunos con consecuencias permanentes.

La línea 12 presentó deficiencias aún antes de su inauguración en octubre de 2012. Los convoyes que adquirió Marcelo Ebrard, entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, fueron diferentes a los del resto del sistema y la construcción tenía deficiencias visibles. Durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera, sobre todo a raíz del sismo de 2017, continuaron manifestándose las deficiencias de origen y, ya en el presente sexenio, la entonces directora del metro, Florencia Serranía, si acaso se lo propuso, no pudo poner orden en el Sistema de Transporte Colectivo, pese a lo cual, después del incendio del Centro de Control y de la catástrofe de la línea 12 se empeñaba en mantenerse en su cargo, hasta que fue cesada (en México se dice que renunció), si bien ha permanecido impune, en tanto que continúa abierto el proceso contra otros funcionarios. 

En junio del presente año, Claudia Sheinbaum se separó de su cargo en busca de la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, la que obtuvo a principios de septiembre. En la competencia electoral del año próximo se plantea que podrá disponer de la organización y la militancia de su partido, del apoyo de AMLO y los veintidós gobernadores de la llamada Cuarta Transformación, así como de la simpatía de la mitad de los consejeros del Instituto Nacional Electoral, personas ligadas de uno u otro modo al morenismo.

Se afirma que como candidata y aun como presidenta de la República, no podrá independizarse de AMLO, porque a medio sexenio, al ponerse a debate la revocación de mandato, la borregada legislativa del Congreso le cobraría cualquier ruptura o distanciamiento con la destitución. Sin embargo, se olvida que quien ocupa la Presidencia de la República se hace de un poder que, de ser necesario, le permitiría meter a la cárcel a su antecesor o sacarlo del país, como lo hizo José López Portillo con Luis Echeverría o Zedillo con Salinas. En el caso actual, la principal deuda que dejará el tabasqueño es el territorio nacional en manos de las bandas criminales, a las que ofreció “abrazos, no balazos”, como si la aplicación de la ley fuera taxativa para el Ejecutivo. La otra herencia serán las obras inauguradas por AMLO, pero inconclusas.

Otros factores que dejarán espacio para una respuesta de quien ocupe la Presidencia, son la deuda pública que crecerá en casi dos billones este año, la súbita riqueza de los familiares cercanos de AMLO y un desorden administrativo que se hará más evidente en 2025, con la multiplicación de los presupuestos del Tren Maya, Dos Bocas y otros proyectos, lo que se debe tanto a una mala o nula planeación de las obras como a la corrupción.

De modo que Claudia no estará precisamente atada de manos ni tendría viabilidad un maximato de su antecesor, quien tampoco podría contar con las fuerzas armadas, pues quien puede garantizarles beneficios es quien está en el poder, no quien ya se fue. Una vez que Sheinbaum se deshaga de la aplastante influencia del líder morenista, tendrá que emerger la mujer inteligente, la científica, la política que conoce las derrotas y que tendrá que superarlas poniendo en práctica todo lo que sabe. Se dice pronto, pero tendremos que verlo.


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Humberto Musacchio

Periodista.

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