La democracia no se construyó en un día es un título sugerente en dos sentidos (que al final viene a ser uno): primero como mensaje inequívoco para el más conspicuo inquilino del Palacio Nacional y, segundo, como propaganda comercial para destacarse entre la bastedad de obras de corte político que, con motivo de las elecciones, atiborran los estantes de las librerías. No hay mejor momento para la literatura electoral que durante los procesos electivos de 2021, año de las elecciones más grandes de la historia de México; con todo y que se trate de un libro de referencia a las elecciones históricas de 2018.

Dos autores se responsabilizan de esta publicación, que vio luz en abril pasado. El primero es un experto y al mismo tiempo, máxima autoridad administrativa en materia electoral del país; nada menos que quien, desde 2014, es consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello. El segundo es Ernesto Núñez Albarrán, periodista de larga data, editor y consolidado cronista, fundador del periódico Reforma y autor de varios libros.

No es una obra en coautoría, sino dos voces de distinta naturaleza y formación ensambladas modularmente por un libérrimo hilo conductor, que posta en cuatro partes, donde alterna la fluida crónica de Ernesto con la connotada ensayística de Lorenzo quien, desde primera fila, relata de qué va la democracia mexicana y cómo llegamos a las elecciones del 2018.

En la primera parte, Ernesto hace una vívida crónica del 1° de julio de 2018, desde la tempranera votación del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, hasta su discurso de victoria en la madrugada del 2 de julio en el Zócalo de la Ciudad de México. Lorenzo por su lado, hace una biografía, tan necesaria como breve, del proceso de democratización en México. Afirma que no hay un momento fundacional de éste, sino eventos graduales y sucesivos, aunque profundos y radicales; desde la implementación, por ejemplo, de los diputados de representación proporcional, pasando por la creación de las autoridades administrativas y jurisdiccionales electorales, hasta llegar a la primera transición en el año 2000 con Vicente Fox y la transformación del IFE en INE en el 2014.

Para la segunda parte, Ernesto reseña la creación del ine y recuerda que éste fue producto del Pacto por México del gobierno de Enrique Peña Nieto, en diciembre del 2012, y de su partido, el PRI, junto con el PAN y el PRD –causa de la ruptura de AMLO con la dirigencia de este último–. Lorenzo, que en ese entonces ya era consejero electoral, aborda la transformación del IFE en INE y los principales cambios y facultades del nuevo órgano electoral.

Ernesto, en otra entrega, da cuenta de la primera elección del INE en el 2015, donde se puso a prueba con sus facultades casi omnímodas como la designación de los integrantes de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) de cada entidad federativa; otrora facultad de designación de los congresos locales de las entidades federativas del país. Ambos autores recuerdan el ambiente previo a las elecciones del 2015 y la crisis que el consejero presidente vivió al filtrarse una conversación privada de éste con Edmundo Jacobo, secretario ejecutivo del INE, y las referencias (desafortunadas) del primero a un ciudadano indígena.

En la tercera parte, los autores abordan las elecciones de 2016 y 2017 y la prospectiva hacia las elecciones presidenciales; como bien titula Ernesto, Todo apuntaba hacia 2018. Morena ya era partido desde 2014 y le disputaba al PRD los bastiones de la izquierda; luego, las elecciones del Estado de México y de Coahuila en 2017 y sus escandalosas irregularidades. En ese tramo, a pesar de todo, el INE se consolidaba como una autoridad electoral capaz de cumplir con sus múltiples tareas.

En la cuarta parte, todo tiene que ver con las elecciones de 2018. Lorenzo delinea las complejidades que entrañó la que era, hasta entonces, la elección más grande de la historia de México por confluir tantas: las federales de Congreso de la Unión y la de presidente de México, así como las locales en treinta entidades. Se relata el convenio del INE con las principales páginas de redes sociales para combatir la desinformación y noticias falsas, así como el proyecto de Verificado 2018. Por otra parte, se destaca la paridad de género en las elecciones de diputaciones y senadurías y la génesis que llevó a ese logro también histórico, así como otras conquistas de las minorías. Ernesto nos narra los puntos más relevantes de la campaña de 2018; las candidaturas independientes, así como los debates presidenciales, sus formatos menos rígidos y los niveles de audiencia incomparables, lo mismo que los gastos en ellos realizados.

Como lo han dicho los autores, La democracia no se construyó en un día no es un libro anti AMLO; en todo caso, éste es un usufructuario de la democracia, que por cierto, sigue en construcción.