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La no elección

La crisis –sanitaria, económica y social– originada por el brote pandémico del SARS-COV-2 se está convirtiendo en crisis política en muchos países democráticos. Las medidas de contención del virus atentan contra los derechos individuales fundamentales, alteran los equilibrios de poderes y ponen en peligro el funcionamiento de las instituciones democráticas.1 Entre las primeras víctimas están los procesos electorales que fueron suspendidos en al menos 51 países de todo el mundo,2 incluyendo el caso de Polonia, donde se debían celebrar elecciones presidenciales este pasado 10 de mayo de 2020.

Estos golpes a las democracias llegan a profundizar las crisis en las que estaban sumergidos algunos países. Esto es lo que ocurre en Polonia que, desde hace tiempo, está inmersa en un proceso de (des)democratización, agravado en los últimos cuatro años por los intentos del partido en el gobierno, Derecho y Justicia (PiS), de concentrar el poder, eliminar los controles institucionales e incrementar la ideologización del Estado. Las elecciones parlamentarias celebradas en octubre de 2019 suponían un punto de quiebre entre la profundización de las tendencias autoritarias y el regreso de la democracia. Sin embargo, sus resultados, en lugar de inclinar la balanza, la dejaron en suspenso: PiS logró mayoría muy estrecha en la Cámara baja, mientras que la oposición alcanzó el control –igualmente reducido– sobre el Senado (sobre este proceso electoral escribimos en Voz y Voto, núm. 321-322).

Los comicios presidenciales iban a ser el segundo acto en este drama para inclinar la balanza a favor de una de las grandes opciones. La pandemia llegó a enrarecer este de por sí ya complejo proceso y a profundizar la crisis política y constitucional. Hasta el último momento, el gobierno se mantuvo con la intención de celebrar los comicios en medio de la pandemia y bajo un esquema violatorio de la legislación pero, finalmente, tan solo cuatro días antes, decidió declarar (a partir de un acuerdo interno) que las elecciones no se iban a celebrar.3 Ciertamente, si hay algo que no generaron fue certidumbre en el proceso. El día de la jornada, la Comisión Nacional Electoral (cne) emitió un acuerdo sobre la imposibilidad de celebrar la votación,4 lo que abre la puerta a que se defina una nueva fecha para las elecciones presidenciales, generando más incertidumbre a las reglas que a la competencia, lo contrario de lo que debería ocurrir en un sistema democrático.

La jornada sin elecciones (o juego de tronos)

El resultado de las elecciones presidenciales de 2020 es fundamental para el PiS. La débil mayoría que el partido obtuvo en las elecciones legislativas y la pérdida del poder sobre el Senado convirtieron el control sobre la jefatura del Estado en el elemento imprescindible para su proyecto político. Las facultades constitucionales de la presidencia en Polonia le permiten frenar prácticamente cualquier proyecto legislativo (con excepción del presupuesto y de las reformas constitucionales) al ejercer el poder de veto5 o someter las leyes al control del Tribunal Constitucional. La presidencia en manos de la oposición se convertiría en un obstáculo para el partido gobernante; de ahí la importancia que tiene para el PiS lograr y mantener el control sobre este proceso comicial. La estrategia del PiS apostaba por la celebración de la elección presidencial al considerar que la coyuntura de la crisis y la baja participación electoral de la ciudadanía iban a favorecer la reelección del saliente Andrzej Duda (PiS), mientras que el posponerla pondría en peligro su victoria ante la crisis económica que se avecina o, incluso, a raíz de las posibles críticas que podrán generarse debido al inadecuado manejo de la crisis sanitaria.

A partir de la declaratoria de epidemia en el territorio nacional y las restricciones a la movilidad ciudadana, a mediados de marzo surgieron voces que cuestionaban la viabilidad de la celebración de las elecciones presidenciales en la fecha originalmente prevista para ello. Ante las presiones de la oposición, a inicios de abril el gobierno logró la aprobación de la Cámara baja de la reforma al Código Electoral que permitiera realizar la votación por correo postal y que otorgaba algunas de las facultades organizadoras al Ministerio del Interior, en clara violación de las normas constitucionales que prohíben la realización de ajustes a la normativa electoral seis meses antes de la fecha de su celebración.

Bajo este escenario, el Senado logró detener el avance de la legislación obstruyendo los debates y, finalmente, rechazando la reforma el 6 de mayo de 2020.6 Durante este proceso, el Senado solicitó la opinión de la Suprema Corte, que evidenció las irregularidades en el proceso legislativo y numerosas deficiencias e inconsistencias de la propuesta con el marco constitucional y legal aplicables.7 De manera similar, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (osce) emitió una opinión en la que apuntó a numerosas deficiencias en el procedimiento establecido que no garantizaban la legalidad de los comicios.8

La introducción del voto por correo era cuestionable tanto desde la perspectiva formal legal como en la práctica. Este mecanismo resulta excluyente para las personas que temporalmente estuvieran fuera de sus residencias habituales o que viven en el extranjero, pues la propuesta de ley no contemplaba su situación, al igual que para las personas bajo cuarentena u hospitalizadas. Asimismo, Polonia no tiene experiencia con esta modalidad de votación lo que, en el contexto de la crisis sanitaria, ponía en duda la capacidad de la cne para garantizar un proceso que cumpliera con las características mínimas necesarias para ser considerado democrático.9

La solución más sencilla –declarar el estado de emergencia en el territorio nacional, lo que permitía al speaker del Parlamento posponer las elecciones por 90 días– no encajaba en la estrategia política del PiS, por lo que fue rechazada en numerosas ocasiones por el gobierno y por el líder del partido, Jarosław Kaczyński. Esta postura ha generado una ruptura en el seno de la coalición gobernante y la renuncia del viceprimer ministro así como del ministro de Educación.10

Finalmente, en medio del conflicto político y constitucional, después de una serie de negociaciones realizadas con los partidos de la coalición gobernante, el 6 de mayo de 2020 el líder del PiS declaró que la jornada electoral no se celebraría en la fecha prevista. Es decir, que la elección se canceló cuatro días antes de que se tuviera que llevar a cabo. Esta decisión no fue respaldada por ninguna autoridad ni acto formal; no hubo una cancelación ni suspensión del proceso electoral en los términos legales que establece la Constitución. De ahí que, aún cuando no se celebró en la práctica, el 10 de mayo en Polonia hubo –en términos legales y formales– elecciones.

La campaña que no fue

Derivado de las restricciones a la movilidad en el territorio nacional, las y los candidatos de la oposición suspendieron sus actividades de campaña. Únicamente el presidente Duda mantuvo actividad con el enorme apoyo de los medios públicos (radio y televisión), controlados totalmente por el gobierno. En este proceso electoral el sesgo en la cobertura mediática fue más allá de los límites: en febrero, la televisión pública dedicó 17 horas a la cobertura de las actividades del presidente Duda frente a tan solo 30 minutos dedicados a informar sobre las actividades de la principal candidata de la oposición, Małgorzata Kidawa-Błońska, y segundos sobre Robert Biedroń, candidato de la izquierda.11 Estas proporciones empeoraron ante la suspensión de las actividades presenciales de la mayoría de las campañas.

Durante la emergencia sanitaria, todo tipo de apariciones públicas del presidente fueron –de facto– actos de campaña, incluyendo un constante aprovechamiento de los apoyos gubernamentales para los sectores de la población afectados por la crisis o los viajes para supervisar las acciones para combatir el coronavirus, exigir mayores apoyos del gobierno o agradecer a los médicos, enfermeras y bomberos por sus sacrificios. El partido en el gobierno no desaprovechó ninguno de los mecanismos a su disposición para beneficiarse de la coyuntura y de su dominio en la escena pública. De esa manera, una crisis como esta beneficia al incumbent, al que está en el poder.

El resto de las candidaturas trasladaron sus actividades de campaña a los nuevos medios. Ante la imposibilidad de celebrar mítines o reuniones con el electorado, pretendieron acercarse a la ciudadanía a través de las redes sociales digitales. Facebook y Twitter se convirtieron en los escenarios de mensajes, la mayoría concentrados en los temas de salud y atención a la crisis originada por el brote pandémico.

Los tres debates presidenciales, celebrados con la participación de las diez candidaturas, no aportaron mucho ni cambiaron las tendencias de preferencias electorales. Las encuestas de opinión señalaban como el desenlace más probable la victoria del presidente Duda en la primera vuelta con aproximadamente el 55% de los votos y una amplia ventaja sobre las otras opciones, generada principalmente a partir de la negativa de importantes segmentos de la ciudadanía a participar en la votación, pues alrededor del 80% de los encuestados se pronunciaban a favor de posponer los comicios.12

Participar o no participar; votar o no votar

La elección presidencial contó (¿cuenta?) con la participación de diez candidaturas. Además del presidente saliente, Andrzej Duda, electo con el respaldo del PiS, participaron en el proceso otras nueve candidaturas de todo el espectro de partidos de oposición. Ante los cuestionamientos sobre la legalidad de los comicios y la imposibilidad de llevar a cabo las actividades de campaña, las candidaturas de la oposición se enfrentaron a la delicada y compleja decisión sobre si era oportuno o no mantener su postulación en el proceso.

Únicamente Małgorzata Kidawa -Błońska, la candidata del principal partido opositor, Plataforma Cívica (po), declaró que no iba a participar en las elecciones si estas se celebraban el 10 de mayo al considerar el procedimiento adoptado como inconstitucional y, además, riesgoso para la ciudadanía. Otras candidaturas anunciaron su disposición de mantenerse en la contienda señalando que, si las elecciones contaban con un solo candidato, eso no iba a fortalecer la democracia polaca. En ese contexto, el presidente Duda mantuvo su posición firme hasta el último momento a favor de la celebración de los comicios en la fecha originalmente prevista, señalando que: «si hay condiciones para ir a la tienda, hay condiciones para ir a las urnas».13

Similar dilema enfrentó la ciudadanía polaca. Los medios de comunicación de masas y las redes sociales se llenaron de discusiones sobre la validez legal y ética de la participación en la jornada electoral y las implicaciones del ejercicio del voto y de la abstención electoral. El 30 de abril de 2020 los tres expresidentes de Polonia, junto con seis ex primeros ministros, emitieron un comunicado en el que declararon que no iban a participar en las elecciones del 10 de mayo y llamaron a la ciudadanía al boicot de estos comicios. En la misiva argumentaron que los comicios iban a ser inconstitucionales, que no garantizaban los principios de universalidad, igualdad y secrecía del sufragio, y dejaban abiertas las posibilidades de manipulación del resultado.14 Similar posición expresó Donald Tusk,15 así como diversas organizaciones civiles y profesionales, en especial la academia.

¿Elecciones post-pandemia?

Al cierre de este artículo, el gobierno polaco presentó ante el Parlamento una propuesta de ley para la organización de los comicios presidenciales que propone su celebración en forma mixta, es decir, en las casillas y por voto postal. La iniciativa prevé la participación de las candidaturas previamente registradas por la cne, aunque abre también la posibilidad para la presentación de nuevas opciones. La incertidumbre sobre el proceso, sus participantes, modalidades y tiempos sigue siendo alta, en tanto se genere un acuerdo al interior de la coalición gobernante.

La única cosa que parece clara es que el PiS intentará manipular el proceso en beneficio de su candidato. El partido pretende que la elección se celebre lo antes posible y piensa en el 28 de junio de 2020. Si esto fuese posible, dependerá de su capacidad de negociación, de la fuerza de la oposición y del desarrollo de la crisis sanitaria, que en Polonia está lejos de haber terminado. Por el contrario, se espera que el pico de la pandemia se alcance precisamente a finales de junio o principios de julio. La baja participación de la ciudadanía –tanto en las mesas de escrutinio como en el voto– favorecería la victoria de Duda y facilitaría posibles manipulaciones de los resultados.

Esta «no elección» y el nuevo proceso electoral en puerta ponen en tela de juicio, una vez más, el presente y el futuro de la democracia polaca. El partido en el gobierno despejó cualquier duda que pudo haber existido acerca de sus tendencias autoritarias, falta de respeto a la Constitución y la ley y la disposición de traspasar cualquier límite para mantenerse en el poder. Los comicios presidenciales del 10 de mayo de 2020 iban a ser la segunda –y definitiva– batalla entre las fuerzas democráticas y las fuerzas autoritarias. La batalla fue pospuesta, al parecer, no por mucho tiempo.

1 Freidenberg, F. (2020). La gestión política de la pandemia COVID-19: tensiones y oportunidades democráticas. Emergencia sanitaria por el COVID-19. Democracia y procesos electorales. González, N., Marván. M. y Salmorán, G. (eds.). Ciudad de México: iij-unam, pp. 17-28.

2 Marván, M. (2020). COVID-19: adaptación de los procesos electorales en el mundo. Emergencia sanitaria por el COVID-19. Democracia y procesos electorales. González, N., Marván. M. y Salmorán, G. (eds.). Ciudad de México: iij-unam, pp. 29-36.

3 Tilles, D. (07 de Mayo de 2020). Poland’s presidential elections set to be voided and new ones called as parliament approves bill. 

Notes from Poland. https://bit.ly/3br7jtc.

Uchwała nr 129/2020 Państwowej Komisji Wyborczej w sprawie stwierdzenia braku możliwości głosowania na kandydatów w wyborach Prezydenta Rzeczypospolitej Polskiej. (10 de mayo de 2020). https://bit.ly/35UA9Bk.

5 El veto presidencial puede ser superado por el Parlamento con una mayoría calificada de tres quintas partes de las 500 diputaciones. En la actualidad, la coalición gobernante liderada por el PiS cuenta con aproximadamente 237 escaños.

6 Conforme al proceso legislativo, después de ser rechazada por el Senado, la propuesta regresó a la Cámara baja que la aprobó por un margen de 4 votos. El presidente Duda firmó la legislación que fue de inmediato publicada en el Diario Oficial el 08 de mayo de 2020.

Sąd Najwyższy, Opinia w przedmiocie ustawy z dnia 6 kwietnia 2020 r. o szczególnych zasadach przeprowadzania wyborów powszechnych na Prezydenta Rzeczypospolitej Polskiej zarządzonych w 2020 r. (druk senacki nr 99. (27 de abril de 2020). https://bit.ly/2WlBiyo.

8 Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (osce). (27 de abril de 2020. Opinion on the draft act on Special Rules for Conducting the General Election of the President of the Republic of Poland ordered in 2020 (Senate paper no. 99). https://bit.ly/35Q0TCR.

9 Csaky, Z. y Repucci, S. (4 de mayo de 2020). Poland Is Showing the World How Not to Run a Pandemic Election. Foreign Policy. https://bit.ly/2yMsEjD.

10 Tilles,  op. cit.


11 Cienski, J. (19 de marzo de 2020). Poland’s coronavirus candidate. Politicohttps://politi.co/2YSMNz6.

12 En Polonia, la legislación electoral prevé que, si ninguna de las candidaturas obtiene más del 50% de los votos, quince días después se celebra la segunda vuelta en la que participan las dos candidaturas más votadas.

13 Harper, J. (10 de abril de 2020. Will PiS election plans dent Poland’s economy? Deutsche Welle. https://bit.ly/2SY1OMa.

14 Former Presidents and Prime Ministers of Poland: We Will Not Take Part in a Pseudo-Election. (30 de abril de 2020). https://bit.ly/3fBa7r4.

15 La Vanguardia. (28 de abril de 2020). Donald Tusk llama a boicotear las elecciones en Polonia. La Vanguardia. https://bit.ly/3dD4mHG. Donald Tusk es ex primer ministro, candidato presidencial, líder de la oposición, ex presidente del Consejo Europeo y actualmente el presidente del Partido Popular Europeo (ppe)

16 Polityka. (11 de mayo de 2020). PiS i Porozumienie: Wybory będą hybrydowe. Polityka. https://bit.ly/2WMgqzl.

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Karolina M. Gilas

Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Profesora del CEP de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Es miembro de la @RedDePolitologas - #NoSinMujeres y del Equipo de Investigación del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y la Organización de los Estados Americanos.

Ha publicado 9 libros y más de 40 capítulos de libros y artículos en revistas académicas de México, Brasil y Colombia sobre representación política de las mujeres, libertad de expresión, sistemas electorales y derecho electoral.

@KarolinaGilas

https://www.facebook.com/karolina.gilas

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