Hace casi seis años, el 14 de diciembre de 2017, el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador dio a conocer los nombres de quienes integrarían su gabinete legal, en caso de ser electo. Muchos pensaron que se trataba de un ardid publicitario. Se equivocaron. De los anunciados, solamente uno, Héctor Vasconcelos, no llegó a ocupar el cargo. De los otros 15, 7 continúan en el equipo presidencial, aunque 2 de ellas cambiaron dependencia.

Hoy es diferente.

El galimatías de dos candidatas en precampaña para ser lo que ya son es la realidad que nos impusieron los partidos y validaron las autoridades electorales. Esta semana las dos presentaron a sus equipos de precampaña. En ambos casos hicieron la distinción entre quienes se integran para las actividades de tierra y los que aportarán ideas y propuestas para el programa de gobierno.

Claudia Sheinbaum anunció a Mario Delgado, aún presidente de Morena, como coordinador general y confirmó a Adán Augusto López y Ricardo Monreal en las coordinaciones anunciadas cuando fue ungida candidata. El polémico Gerardo Fernández Noroña fue desplazado de la vocería, ocupando ese espacio la experimentada Tatiana Clouthier, mientras que un político cercano a Marcelo Ebrard fue sumado al equipo, me refiero a Jesús Valdez Peña. La coordinadora de giras, Esthela Damián, parece ser el poder en la sombra. La lectura de esos nombramientos es que aún no existe equipo de campaña de la candidata oficial.

En la otra acera, después de semanas de dar tumbos, Xóchitl Gálvez logró por fin integrar un variopinto equipo de precampaña, en el que destaca la mayoritaria presencia de dirigentes de los 3 partidos que integran la coalición opositora.  Al frente del grupo se confirmó a Santiago Creel, a quien reforzarán experimentados operadores del PRI y PRD, como Carolina Viggiano, Rubén Moreira, Ildefonso Guajardo, Blanca Alcalá, Jesús Ortega y Ángel Ávila. Con la camiseta azul bien puesta se incorporan, entre otros, Max Cortazar, Josefina Vázquez Mota, Kenia López y Margarita Zavala. Por su experiencia, este equipo parece más sólido que el del oficialismo. El tema sigue siendo si cuenta con el respaldo financiero y de medios de comunicación de los 3 partidos.

De ambos equipos cabe anticipar que integran la primera tanda de colaboradores. En febrero del año próximo, cuando sean registrados los candidatos al Senado y para Diputados, vendrán los relevos y muchos de quienes hoy aparecen en primera línea de las campañas presidenciales pasarán a ocuparse de sus propias aspiraciones.

De los equipos para formular los respectivos “planes de gobierno” hay un primer detalle a observar. Conforme la Ley de Partidos, el convenio de coalición debió acompañarse de la plataforma electoral y del plan de gobierno que sostendrán las candidatas presidenciales. En el INE deben estar esos documentos, que no son aún consultables.

Es sabido que José Ángel Gurría coordinó, durante el periodo de preprecampaña, la elaboración del plan de gobierno para el frente opositor, y que el resultado fue entregado a la hoy candidata en su papel de precandidata. También se sabe que para Morena un grupo coordinado por el caricaturista Rafael Barajas, “El Fisgón”, elaboró el documento de plan de gobierno que fue anexado al convenio de coalición con el PT y el PVEM.

Pregunta: ¿tienen algún valor los documentos de plan de gobierno entregados al INE, o son papel mojado?

De los integrantes del equipo presentado por Sheinbaum para formular lo que llamó “proyecto de gobierno” destaca su plural composición. Un primer grupo lo integran exfuncionarios del actual gobierno, entre los que sobresalen la exsecretaria de Gobernación y ministra en retiro de la SCJN, Olga Sánchez Cordero, y el exembajador ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, nombrado para coordinar el equipo. Un segundo grupo se integra por colaboradores de la candidata en la Jefatura de Gobierno de la CDMX, como Omar García Harfuch, Rosaura Ruiz y Diana Alarcón. Científicos y académicos forman un tercer grupo, en el que sobresalen David Kershenobich, Gerardo Esquivel, Jorge Islas, Julio Berdegué, Violeta Vázquez Rojas y Lorenzo Meyer. Dato generacional: la mayoría de ellos tienen más de 60 años.

Para similar propósito, coordinados por Enrique de la Madrid, la candidata opositora presentó a quienes encabezan las 29 mesas de diálogo sectoriales para nutrir su plan de gobierno. La mayoría de ellos tienen experiencia en gobiernos anteriores, o en el actual, como el caso del primer secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. De gobiernos panistas o priistas provienen José Luis Luege, Consuelo Díaz, Guillermo Ruiz de Teresa, Fernando Gómez Mont y Josefina Vázquez Mota. Duplican tareas Rubén Moreira, Ildefonso Guajardo y Jesús Ortega. Hay expertas reconocidas en las áreas que les han confiado, como Rosanety Barrios (energía) y Eufrosina Cruz (pueblos indígenas). Sorprende que José Ángel Gurría no aparezca en el equipo.

A decir de De la Madrid el eje rector del plan de gobierno serán las clases medias y su papel como expresión y motor del progreso social. Es una idea potente que merece desarrollo en múltiples vertientes. Ojalá no se eche a perder porque su candidata insista en ignorar que la simpatía no está reñida con el buen decir.

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