Música de rebelión (segunda parte)
Mi música lucha contra el sistema que enseña a vivir y a morir
Bob Marley
América Latina y el Caribe, nuestra región, es inmensamente rica en lo que solemos llamar Música de Rebelión: melodías y cantos de amor y lucha. Aquí la segunda entrega de mis recomendaciones.
Parte de la rebelión es inventar nuevas maneras de hacer las cosas, incluso las ya establecidas. Por ello, considero al canto cardenche un arte de lucha. En el siglo xix, cuando los indígenas de la comarca lagunera se acercaban a los conventos donde vivían los clérigos, escuchaban cantos gregorianos detrás de las paredes de la arquitectura, y, fascinados ante esa música nueva y extraña para ellos, intentaban replicarla a su manera. Así nació el canto cardenche o canto de los borrachitos (ya que esos cantos, a la lejanía, parecían como de gente alcoholizada). Para escuchar esta música, les recomiendo a Los Cardencheros de Sapioriz o al Coro Acardenchado.
En ocasiones, el poder implica suprimir, absorber, quitar… Parte de lo terrible del poder de América Latina han sido los etnocidios. La gran cantante chilena Violeta Parra narra en su canción Arauco tiene una pena la historia del indígena Arauco, a quien le quitan sus tierras. Una atrocidad que día a día se sigue cometiendo. No olvidemos la letra de esta canción y hacer frente a estas injusticias:
Arauco tiene una pena
Que no la puedo callar,
Son injusticias de siglos
Que todos ven aplicar,
Nadie le ha puesto remedio
Pudiéndolo remediar.
Levántate, huenchullán.
La canción Base de Guantánamo de Caetano Veloso, en un estilo de soft funk-reggae, nos habla del colonialismo que también persiste en toda la periferia denominada Centroamérica, Caribe y América del Sur: el colonialismo que ejecutan los Estados Unidos de Norte América.
Tanta opresión hace que me cuestione si será posible el sur, si será posible salir del manto obscuro que lleva la periferia, como menciona la canción de Jorge Boccanera y Carlos Porcel interpretada por Mercedes Sosa. Me cuestiono si ese sur, tan lleno de utopías, puede existir. Pero tengo la esperanza de que mientras persistan el arte y la música, existirá el anhelo de esa utopía y la resistencia para lograrlo:
¿Será posible el sur? Será posible
Tanta bala perdida al corazón del pueblo
Tanta madre metida en la palabra loca
Y toda la memoria en una cárcel
¿Será posible el sur? Será posible
Tanto invierno caído sobre el último rostro
De mi hermano, tanto salario escaso riendo
Con descaro y en el plato vacío el verdugo esperando
Mi territorio que una vez gira
En la oscuridad de esa pregunta
De esa pregunta:
¿Será posible el sur? ¿será posible?
Si se viese al espejo ¿se reconocería?
Faltan muchos artistas y música por mencionar: Facundo Cabral, Silvio Rodríguez, Totó la Momposina, Soledad Bravo, Chavela Vargas, Óscar Chávez, Ernesto Lecuona, entre muchos otros de diversos géneros; pero lo que caracteriza a nuestra música son esos cantos de rebeldía que llevan grabados la resistencia, la lucha y la intención de denuncia; que “gritan” desesperadamente las injusticias que vivimos desde hace muchos siglos en Latinoamérica y el Caribe, pero que, a la par, comparten la dicha y la felicidad de ser oriundos de esta parte del continente americano.