Consejeros del INE
Al entregar a Voz y Voto este artículo, en la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara de Diputados no se alcanza aún el acuerdo para enviar al pleno la propuesta de candidatos a consejera presidenta y consejeros electorales del INE. Por vez primera veríamos en acto el método extremo previsto en el artículo 41 de la Constitución: la tómbola.
No es de extrañar que el presidente López Obrador prefiera la tómbola y considere el diálogo como práctica de truhanes. Así ha sido su trayectoria política. Dialogar lo fastidia, y quizá por eso rehúye la negociación, como si fuera el camino del infierno.
Es falso que la elección de consejeros electorales del IFE/INE siempre haya sido por cuotas y cuates.
Los primeros seis consejeros del IFE, llamados “magistrados”, electos en 1990, fueron propuestos por el presidente de la República y aprobados por la mayoría del PRI en San Lázaro. En 1994, como parte de la “conversaciones de Barcelona”, se acordó su cese anticipado para sustituirlos por “consejeros ciudadanos”, seleccionados por los tres mayores partidos, mediante el diálogo y el análisis de propuestas, sin cuotas ni cuates. De los seis designados, tres fueron propuestos por el PRD, dos por el PAN y uno por el PRI. Todos cumplieron sus tareas con imparcialidad e independencia. Después varios de ellos hicieron carrera política, lo que no tenían prohibido por la Constitución.
Con la autonomía del IFE, en 1996 fueron electos 8 consejeros y el consejero presidente. No hubo cuotas predeterminadas, aunque se procuró un equilibrio de propuestas entre los tres mayores partidos, e incluso el PT presentó una propuesta, que fue aceptada. De esa negociación hay varios testigos, entre ellos el entonces presidente del PRD, Andrés Manuel López Obrador.
En 2003 los demonios se alinearon para provocar el peor resultado imaginable. La conducta del representante perredista en la negociación, realizada en San Lázaro con la prescindencia del secretario de Gobernación, dio al traste con el acuerdo tripartita. Rota la negociación, sin recato alguno los negociadores del PAN y PRI se repartieron los lugares en el Consejo General del IFE, cual si fueran botín de saqueo. Esos hechos lastimaron gravemente al IFE y a los así designados, que en 2008 fueron cesados, por exigencia del PRD y de Andrés Manuel López Obrador.
Pasada la elección de 2012, fue imposible que en la Cámara de Diputados se alcanzaran acuerdos para designar consejeros electorales, por vacantes derivadas de renuncias o conclusión de mandato, lo que explica que, en la reforma constitucional electoral de 2014, de manera precipitada, gobierno y partidos acordaran un nuevo método para elegir a los consejeros electorales del naciente INE.
El método, utilizado desde 2014, se aplica en el actual proceso de renovación. Se distingue por la existencia de un Comité Técnico y de Evaluación, que se encarga de evaluar y calificar a los aspirantes a consejero electoral, para integrar quintetas que presenta a la JUCOPO de la Cámara de Diputados y ésta a su vez, por acuerdo de los coordinadores parlamentarios, somete al pleno las propuestas de finalistas para ocupar los cargos vacantes. Como medida de presión para propiciar el acuerdo, y también como válvula de escape por si existe bloqueo cameral, en 2014 se introdujo en la Constitución el método de insaculación (sorteo) como último recurso para asegurar que el Consejo General del INE se integre en tiempo y forma.
En 2014 Morena no tenía representación en la Cámara de Diputados. En 2019 fue el factor decisorio para la selección y posterior elección de cuatro consejeros electorales del INE, que seguirán en funciones por varios años más.
Sorprende que dirigentes y legisladores opositores clamen por la tómbola como vía para impedir que supuestos o reales allegados a Morena ocupen las cuatro vacantes en el Consejo General del INE. Supe que hay quienes creen que el sorteo puede hacerse ignorando las quintetas y proponen colocar los nombres de las 10 candidatas en una urna y los 10 candidato en otra, para luego seleccionar de la primera urna a la consejera presidenta y a una consejera electoral. Eso sería inconstitucional y violaría la Convocatoria emitida por la propia Cámara de Diputados.
Si hay tómbola, debe ser respetando las quintetas aprobadas por el Comité Técnico y de Evaluación; a menos que, de manera deliberada, se pretenda incurrir en un vicio de procedimiento legislativo, que luego dé lugar a impugnar el resultado ante la SCJN. Jugar al aprendiz de brujo en un asunto de la importancia del que estamos comentando es, para decirlo suavemente, una irresponsabilidad.
Mantengo la esperanza en que hoy jueves 30 haya un acuerdo político, y que al INE lleguen una consejera presidenta y tres consejeros electorales avalados por el voto de la mayoría calificada de los diputados, como dispone la Constitución.