Al igual que lo hizo con Morena y aliados, la Comisión de Quejas y Denuncias del INE ha dado luz verde al adelantado proceso de selección del candidato presidencial del Frente Amplio, integrado por PAN, PRI y PRD. Así, con el aval de la autoridad electoral, tenemos precampañas anticipadas; las que, conforme a la ley, iniciarán el 18 de noviembre serán, de hecho, campañas anticipadas en las que habrá, para todo fin práctico, candidatos presidenciales.

El Partido Movimiento Ciudadano ha presentado, sin éxito, quejas en contra del adelanto de tiempos de las dos alianzas electorales ya configuradas, pero ni en el INE ni en el TEPJF han sido atendidas sus reclamaciones, entre otros motivos por las deficiencias de forma y fondo de sus escritos.

La queja de mayor resonancia ha tenido es la de Ricardo Monreal, que denunció el abuso de gasto en espectaculares y bardas de tres de los aspirantes que compiten en la misma pista. El exceso fue documentado por Reforma el día 5 de este mes. El ex coordinador de Morena en el Senado anunció que solicitará a Mario Delgado ordene el retiro de espectaculares y bardas personalizadas que han pagado 3 de sus competidores. El INE voltea para otro lado.

Del Frente Amplio llama la atención lo complicado del proceso del que habrá de resultar ungido su candidato(a) presidencial. Recolectar y documentar de manera digital el respaldo de 150 mil ciudadanos, en al menos 17 estados, con un máximo de 20 mil por estado, supone una capacidad de procesamiento informático de la que carecen los partidos de ese Frente.

En los casos de recolección de apoyos para consultas populares o registro de candidatos independientes, es el INE quien proporciona la aplicación digital (APP) a través de la cual el ciudadano que suscribe el apoyo proporciona la imagen, por ambos lados, de su credencial para votar, y una foto de su rostro, para ser cotejados y validados. El Comité Organizador del proceso ideado por el Frente no tiene acceso al banco de datos e imágenes del Registro Federal de Electores/INE. 

En las bases aprobadas por el Comité Organizador se dice que darán a conocer la APP que será utilizada para recolectar los respaldos. Si hay 8 aspirantes y cada uno obtiene los 150 mil respaldos, será necesario cotejar y validar, al menos, 1.2 millones de credenciales para votar. Pero no hay forma de hacerlo sin acceso a la base de datos e imágenes del padrón electoral en poder del INE.

La única solución práctica es la buena fe. Es decir, dar por bueno todo respaldo que se registre en el sistema informático de procesamiento de datos e imágenes, del que aún no se dispone. El punto se complica un poco más al leer que, además de los respaldos por candidato, podrá haber inscripciones de ciudadanos espontáneos, que solo quieran participar en la jornada de consulta del 3 de septiembre.

En las bases publicadas por el Comité Organizador hay cuestiones importantes sin resolver: suponen que al menos 4 aspirantes cumplirán los requisitos de la primera etapa, entre ellos el de las 150 mil firmas de respaldo. ¿Qué pasará si son 3, o menos, los que cumplen? No haría sentido realizar una encuesta entre 3 si hay que seleccionar 3. ¿Qué pasaría si solo 2 cumplen el requisito y uno de ellos declina? ¿Habrá candidato presidencial por default?

Bajo el supuesto de que tres pasan a la final, después de 5 foros de debate se hará una encuesta para saber quién de ellos cuenta con mayor respaldo, y luego una consulta directa con voto de quienes estén inscritos en el padrón interno, que se integra con los nombres de los ciudadanos que otorgaron su respaldo a los aspirantes en la primera etapa, más los espontáneos que se inscribieron solo por el gusto de participar en la consulta.

De una manera que se antoja inevitable las bases del concurso promueven que aspirantes y partidos busquen tener el mayor número de ciudadanos de respaldo y asegurar su movilización para ir a votar el día 3 de septiembre, con el sentido del voto previamente comprometido. Igual que ocurre en una campaña tradicional.

Otra pregunta es ¿Qué van a hacer el caso de que un aspirante gane en la encuesta final, y otro gane la votación directa en la jornada de consulta del 3 de septiembre? Según las bases, la encuesta y la consulta tienen el mismo peso, 50 y 50. Si hay un empate, ¿Cómo se resuelve el entuerto?

Tengo la impresión de que los redactores de las bases, quizá por ser en su mayoría ex funcionarios electorales, partieron de un supuesto equivocado: que dispondrían del apoyo del INE. La complejidad y barroquismo del proceso electoral mexicano ha sido posible por la existencia del IFE/INE. Imitar esa complejidad para resolver contiendas internas por candidaturas, sin disponer de los recursos técnicos, humanos y económicos del INE, es como echarse un clavado en una alberca sin agua.

Posdata. La reunión entre la consejera presidenta del INE y el vocero presidencial amerita información completa y puntual sobre los temas que trataron. El  tweet que dio cuenta de la reunión (5.07.23) señala que se trató “la preparación de próximas reuniones con Consejeras y Consejeros como parte de los trabajos previos a las elecciones del 2024”. ¿Reuniones con el Jefe del vocero? La opacidad se apodera del INE.