img

Amigos no tan amigos

El pasado 20 de enero comenzó un nuevo mandato de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América (EUA). Después de tan sólo cuatro años fuera de la Casa Blanca, a sus setenta y ocho años, Trump se convirtió en el 47° presidente de EUA y el primero en más de 130 años en regresar al poder para un mandato no consecutivo.1

Donald Trump vuelve con un discurso lleno de promesas y posicionamientos extremistas que ponen bajo tensión muchas de las relaciones que tiene el país, tanto internamente como con el exterior. En el caso de Europa, el regreso de Trump plantea una serie de desafíos, sobre todo si recordamos su enfoque nacionalista, “América Primero”, y su escepticismo hacia las alianzas tradicionales con que condujo su política durante su primer mandato (2017-2021). Además, la relación de EUA y Europa estuvo marcada por desacuerdos en temas clave como el comercio, la seguridad y el cambio climático, que dañaron la confianza mutua.  

Aunque apenas han pasado cuatro años desde que fue presidente, el escenario mundial ha cambiado y ahora cuenta con nuevos actores y condiciones. Sin embargo, los encontronazos de Trump con Europa dejaron cicatrices profundas que siguen influyendo en la relación transatlántica hasta hoy. Con base en lo que ocurrió en su primer mandato y en sus declaraciones y promesas de campaña en 2024, se podrían apuntar los siguientes temas:

 

1.       Tensión en las relaciones comerciales. Durante su primer mandato, Trump adoptó una postura proteccionista e impuso aranceles a productos europeos como el acero y el aluminio (justificándolos como medidas de “seguridad nacional”); lo que provocó represalias por parte de la Unión Europea (UE). Esta situación marcó un distanciamiento en las relaciones económicas y generó tensiones como la regulación tecnológica y las inversiones extranjeras. 

En esta nueva etapa, seguramente Trump dará continuidad a esas políticas proteccionistas, y se podrían revivir las disputas comerciales entre EUA y Europa, especialmente en sectores estratégicos como el automotriz y el agrícola. Por ejemplo, durante su campaña de 2024, Trump prometió imponer aranceles del 10 al 20 % a todas las importaciones europeas, salvo que los países europeos aumenten sus compras de petróleo y gas estadounidenses. Esto pondría a países como Alemania, Bélgica, Irlanda y los Países Bajos en una situación de vulnerabilidad económica.

Al respecto, será interesante observar si surge algún consenso sobre cómo responder a lo que Trump tiene planeado. Como en muchas otras tensiones globales, la negociación debería ser la primera opción; sin embargo, los países europeos podrían estar desarrollando ya una estrategia basada en “represalias” (que no sólo impliquen la imposición de impuestos a los productos estadounidenses), en caso de que Trump concrete la imposición de nuevos impuestos a las importaciones europeas. Una medida que también se ha comenzado a mencionar entre funcionarios europeos es buscar el aumento de importaciones de EUA incluyendo el gas natural licuado. 

 

2.       Manejo de la otan. Trump ha sido constantemente crítico con el papel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), calificándola en múltiples ocasiones como “obsoleta”. Durante su primer mandato, presionó a los países europeos miembros para que aumentaran su contribución al presupuesto de defensa común, señalando que muchos no cumplían con el objetivo del 2 % del PIB en gasto militar, un compromiso adoptado en 2014. Aunque actualmente este objetivo ha sido alcanzado por más países (veintitrés de los treinta y dos Estados miembros), las críticas de Trump a la OTAN generaron tensiones que persistieron incluso después de su salida de la Casa Blanca en 2021.

En su nuevo mandato, es probable que Trump adopte una postura aún más desafiante, reduciendo el apoyo financiero y militar de Estados Unidos a la alianza, lo que podría traducirse en una reconfiguración de las relaciones transatlánticas en materia de seguridad. Además, su enfoque podría alentar a ciertos países europeos, especialmente aquellos con vínculos históricos o geográficos con Rusia, a buscar soluciones de seguridad alternativas o paralelas a la OTAN, lo que fragmentaría aún más la alianza.  

Por otro lado, los países más comprometidos con la alianza, como Alemania y Francia, se verían presionados a asumir un mayor liderazgo dentro de la organización, aumentando sus presupuestos de defensa y coordinando esfuerzos para llenar el vacío que dejaría una menor participación estadounidense. En este sentido, la relación entre la política exterior de Trump y el futuro de la OTAN será, sin duda, un punto crítico para evaluar la estabilidad del orden de seguridad europeo.

 

3.       Ucrania y Rusia. Una de las cuestiones más controversiales en la política exterior de Donald Trump respecto a Europa es su ambivalente postura sobre el conflicto en Ucrania. Si bien durante su campaña electoral en 2024 declaró que pondría “fin a la guerra en Ucrania en veinticuatro horas” mediante un acuerdo directo con Vladimir Putin, a principios de enero modificó su postura y declaró que lo haría en seis meses, debido a la complejidad de la situación.

De acuerdo con Keith Kellog, enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, se podría alcanzar una solución durante los primeros días del nuevo gobierno estadounidense. Sin duda, este general retirado tendrá en sus manos una de las tareas más importantes en materia de política exterior: negociar un acuerdo de paz que le ponga fin al conflicto entre ambas naciones.

A diferencia del apoyo que el presidente estadounidense saliente, Joe Biden, brindó a Ucrania, ahora está por verse hasta dónde interviene Trump en la mediación del conflicto. Lo cierto es que todo esto es especulación basado en sus promesas de campaña, ya que no ha dado a conocer su plan concreto.

 

4.       Cambio climático y multilateralismo. El escepticismo de Trump en torno al cambio climático y los acuerdos multilaterales derivó en que, durante su primer mandato, Estados Unidos saliera del Acuerdo de París sobre cambio climático. Sin duda, las políticas unilaterales de Trump se han contrapuesto con el enfoque multilateral de Europa, que ha liderado la agenda climática global. En la nueva etapa, es probable que la cooperación climática entre ambas potencias se mantenga afectada y el compromiso global con iniciativas sostenibles esté debilitado. Lo más grave de esta situación es que la transición energética podría retrasarse, dejando a Europa enfrentando sola las prioridades climáticas y buscando mantener el liderazgo en un terreno global incierto. En este contexto, el Pacto Verde Europeo adquiere aún más relevancia como la estrategia clave de la Unión Europea para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Sin embargo, la falta de respaldo estadounidense bajo una administración como la de Trump podría dificultar el progreso global en la lucha contra el cambio climático, mientras Europa intenta sostener un liderazgo que dependerá tanto de su capacidad de acción interna como de la cooperación internacional.

Más allá del tema climático, prevaleció el rechazo de Trump a otros acuerdos multilaterales, como el pacto nuclear con Irán (formalmente conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, JCPOA, por sus siglas en inglés). En 2018, Trump decidió salirse de manera unilateral, marcando un punto de inflexión en la política exterior estadounidense y su relación con Europa. Este acuerdo, que había sido firmado en 2015 entre Irán y el grupo P5+1 (EUA, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania), buscaba limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Sin embargo, Trump calificó el pacto como “defectuoso” y lo abandonó unilateralmente, reestableciendo las sanciones económicas sobre Irán. Esta decisión generó tensiones significativas con los aliados europeos, quienes intentaron mantener el acuerdo a pesar de la presión estadounidense. 

 

5.       Relaciones diplomáticas. Durante su primer mandato, Trump no sostuvo la mejor relación con líderes europeos relevantes como Angela Merkel (excanciller de Alemania) y Emmanuel Macron (presidente de Francia). En su lugar, prefirió elogiar y mantenerse cerca de personajes como Viktor Orbán (primer ministro de Hungría), con quien comparte una visión antiinmigración y escéptica hacia las instituciones de la ue. 

En la nueva etapa, es probable que Trump busque impulsar un giro hacia la derecha en la política europea y debilitar la credibilidad de Occidente como defensor de la democracia y del orden liberal, algo que Europa tendrá que afrontar sola en sus relaciones con países autoritarios.  

Dependiendo de las prioridades estratégicas de Trump, es probable que algunos países europeos (Hungría, Polonia, Italia, Reino Unido, República Checa) tengan mayores oportunidades de cooperación con su administración por coincidir ideológicamente en temas como soberanía nacional y oposición a las políticas europeas centralizadas, y debido a que buscan diversificar sus alianzas económicas y energéticas. Existen algunos partidos políticos de extrema derecha en la ue, como Alternativa para Alemania (AfD), el Partido por la Libertad de los Países Bajos, la Agrupación Nacional (RN) de Francia y los Hermanos de Italia, que tienen grandes expectativas de este nuevo mandato de Trump. Mientras que con Alemania, Francia, Bélgica (sede de la UE y la OTAN), Suecia (y otros países escandinavos), es probable que se mantenga la tensión y distanciamiento, como en el primer mandato de Trump; principalmente porque esos países representan el corazón del multilateralismo europeo, defienden la lucha contra el cambio climático, y tienen una agenda progresista en temas como derechos humanos y gobernanza global.  

 

En esta nueva etapa, se pondrá a prueba la resiliencia de las alianzas transatlánticas y la capacidad de Europa para actuar de manera autónoma en el escenario global. Estamos a punto de presenciar si en esta segunda oportunidad, las relaciones transatlánticas podrían reconfigurarse de forma significativa y restablecer los lazos. La magnitud del impacto dependerá en gran medida de la habilidad de los líderes europeos para mantenerse unidos y reafirmar sus compromisos estratégicos. Europa deberá prepararse para un mundo en el que la cooperación transatlántica no será una certeza, sino un proceso de negociación constante.  

Repecto al tema de Ucrania, las negociaciones seguirán buscando un equilibrio donde todos –Ucrania, EUA, la OTAN y Rusia– logren avances en seguridad, economía o preserven su posición política clave. 

Cualquier medida que tome el nuevo presidente junto con su equipo, seguramente tendrá el objetivo inminente de mejorar los niveles de aprobación, que al terminar su primer mandato eran de 34 %; aunque ni la baja aprobación ni los diversos juicios penales que enfrentó, y por los que fue condenado, impidieron que se convirtiera en el nuevo presidente de los EUA. 

El enfoque de Trump hacia Europa probablemente acentuará las divisiones dentro del continente, favoreciendo a los países con líderes nacionalistas o alineados con su visión de soberanía y reduciendo la cooperación con aquellos que abogan por el multilateralismo y la integración europea.


1 Un escenario similar se registró en 1892, cuando Grover Cleveland ganó las elecciones, después de haber perdido la reelección frente a Benjamin Harrison en 1888. 

img

Gibbran Montero

Consultor internacional.

Articulos relacionados

img
img

Violencia que anula los comicios

El incremento de la representación y participación política de las mujeres se ha visto acompañado por un preocupante ascenso en la violencia política basada en género. Las mujeres que se involucran en...

img

La inclusión como reto

La interseccionalidad, interculturalidad y la no discriminación son temas que han ganado relevancia en el ámbito jurídico internacional y nacional, reflejando la evolución de las sociedades hacia un r...

brand

Voz y Voto es una publicación mensual especializada en política y elecciones, desde su primer número en 1993 es una revista única en su género, en México y América Latina.

Suscríbete

Contacto

Providencia 314-A, Col. Del Valle Norte, Alcaldía Benito Juárez, CP 03103, CDMX.
contacto@vozyvoto.com.mx
suscripcionesvyv@vozyvoto.com.mx
(+55) 5524-5588