Domingo en la noche
Sabedor -creo- del desgarriate que estaba pergeñando, el diseñador del mazacote de normas para el proceso electoral judicial decidió convertir a los ciudadanos funcionarios de casilla en empleados de mensajería para que, una vez cerradas las casillas, lleven a las oficinas del INE, en 300 puntos del territorio nacional, el paquete con el acta, seis fajillas de boletas usadas y un solo bulto de boletas no usadas, pero utilizables.
El domingo no habrá escrutinio ni cómputo en las casillas. En el INE no habrá programa de resultados preliminares (PREP) ni información de resultado alguno. Eso habrá hasta que los funcionarios y empleados del INE, que por ley suplantan a los funcionarios de casilla, realicen y concluyan el escrutinio y cómputo de las 6 diferentes boletas para la elección de ministros, tribunos, dos modalidades de magistrados electorales, magistrados de circuito y jueces de distrito del Poder Judicial Federal, lo que deberá ocurrir en 10 días, contados a partir del lunes. Es decir, para el miércoles 12 de junio conoceremos los resultados completos de la simulación que está por culminar.
Nunca se ha realizado el escrutinio y cómputo de toda una elección, de cualquier tipo, en los 300 consejos distritales del INE. No hay experiencia a la que acudir para prever lo que pueda ocurrir a partir de que llegue el primer paquete de casilla a la mesa de un consejo distrital, en cada una de las 300 oficinas y en locales improvisados para el efecto.
Veamos un ejercicio descriptivo, para saber lo que pasará a partir del domingo en la noche.
En cada consejo distrital, el escrutinio y cómputo empezará al llegar el primer paquete de casilla. Supongamos que eso ocurra poco después de las 18 horas. Estarán presentes los 7 integrantes del consejo distrital, así como los funcionarios y empleados del INE, permanentes o eventuales, que auxiliarán en esas tareas.
El primer escrutinio y cómputo será el de ministros de la Corte. Alguien del consejo distrital abrirá el paquete, extraerá el original del acta y la fajilla de boletas correspondientes a esa elección. Tendrá que escudriñar en el paquete. Luego, en voz alta, dará lectura al número de electores que votaron. Acto seguido deberán contar las boletas de la fajilla. Si los números coinciden, empieza el registro de votos. Si no coinciden, habrá problema. Es menor si hay menos boletas que votantes. Pero si hay más boletas que electores, es problema mayor. Nadie sabe qué deberá hacerse en ese caso.
Pero supongamos que los números coinciden. Acto seguido, en la llamada “sábana de cómputo” (tal y como se hizo por última vez en 1988), se deberán anotar, a mano, los resultados para cada uno de los candidatos que aparecen en la boleta, distinguiendo entre hombres y mujeres. Lo primero será verificar que el elector no haya anulado el voto, en cuyo caso, esa boleta será apartada. Si la boleta es válida, alguien dará lectura, en voz alta, a los números anotados en ella, para mujeres y para hombres. Otra persona anotará en la sábana una señal (palitos) al lado del nombre del candidato(a) favorecido. Son 64 nombres. De cada boleta habrá que leer y anotar 9 números, 5 para mujeres y 4 para hombres.
No está claro qué pasará si en la boleta aparece que el elector votó por menos candidatos de los que ordena la ley. ¿Es válido el voto? No lo sé. Supongo que, en el caso contrario, que se haya votado por un número mayor de lo que ordena la ley, el voto será nulo, ya que no hay posibilidad de corregir el error del elector. Salvo que el error afecte solo a uno de los géneros, en cuyo caso podrían darse por buenos los votos emitidos correctamente y anular los otros. Son muchas las hipótesis plausibles. Pero no lo sé.
Para cada boleta y para cada tipo de cargo el escrutinio seguirá, más o menos, la secuencia antes descrita. Terminado el procedimiento se procederá al cómputo, que es la suma de votos para cada candidato(a), según lo anotado en la sábana. Si no hay contratiempos, se tendrá el resultado de la primera casilla para esa elección. Lo anterior se realizará paquete por paquete, hasta concluir el escrutinio y cómputo de todas las fajillas correspondientes. El resultado se consignará en el acta de cómputo distrital.
¿Cuánto tardará hacer lo anterior para cada una de las 6 elecciones federales? No lo podemos saber. Parece que habrá varios grupos operando de manera simultánea. El problema es que en cada consejo del INE solo hay un presidente, que no tiene el don de la ubicuidad. Hay 6 consejeros distritales, por lo que el máximo de equipos en trabajo simultaneo es de 6, para que al menos uno supervise el trabajo en cada equipo.
La ley establece el orden en que deberá hacerse lo anterior: ministros, tribunos de disciplina, magistrados electorales de sala superior, magistrados electorales de sala regional, magistrados de circuito, jueces de distrito. Eso si esta claro. Para lo demás el INE aprobó dos acuerdos de “lineamientos”. El de orden general tiene 34 páginas; el detallado 147. No importa si no aclaran muchas dudas. Lo que importa es que alguien las aclare a quienes harán los escrutinios y cómputos.
El domingo en la noche México entrará en zona de bruma electoral, nunca vista. Cuando la bruma se disipe, aparecerán los ganadores, los que decidieron en la 4T. Sin recato ni pudor, culminarán el asalto al Poder Judicial. El domingo no habrá elección. Habrá una farsa. Culpar a los opositores de lo que vendrá es un mal chiste.
Posdata. Escuché a las presidentas de los dos organismos nacionales electorales descalificar y amenazar a quienes han hecho pública su decisión de no ir a votar, o de anular su voto. Ni Bartlett, en 1988, se atrevió a tanto.
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