El obradorismo conquista Tamaulipas
Introducción
Con un déficit superlativo de género en la postulación de candidatas a la gubernatura y con el obradorismo en plena expansión, tres candidatos se disputaron el voto de la ciudadanía tamaulipeca, aunque en los hechos la competencia se redujo a dos opciones.
Por un lado, el candidato de la continuidad del cabecismo en el gobierno, César Verástegui Ostos, postulado por la Coalición “Va por Tamaulipas”, integrada por el PAN, PRI y PRD; y por el otro, la candidatura del cambio obradorista de Américo Villarreal Anaya, registrada por Morena, PT y PVEM, que concentraron el 94% de la votación total; mientras que Arturo Diez Gutiérrez Navarro, candidato de MC, obtuvo el 3.1%.
Una elección acompañada por la confrontación entre el obradorismo y el cabecismo, derivada del enfrentamiento político entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Conflicto marcado por la acción de desafuero aprobada por Morena en abril de 2021 y por las controversias constitucionales 50/2021 y 70/2021 promovidas por el PAN en contra de los efectos de la declaración de procedencia y la orden de aprehensión solicitada por la Fiscalía General de la República contra el mandatario tamaulipeco, las cuales aún están en espera de resolución.
Antecedentes
De 1998 al 2016, el escenario político de Tamaulipas estuvo marcado por el bipartidismo PRI-PAN. La primera alternancia tuvo lugar en 2016 con el triunfo del actual gobernador de extracción panista. Sin embargo, el PAN y el PRI mantuvieron su predominio en el sistema de partidos local (Tabla 1).
A partir de la elección presidencial de 2018, concurrente con los comicios de ayuntamientos, el bipartidismo tamaulipeco muta. El triunfo de López Obrador y su llegada a la Presidencia generan un crecimiento exponencial de Morena y su coalición “Juntos Haremos Historia en Tamaulipas”, a expensas de la caída del sufragio del Partido Revolucionario Institucional (Figura 1).
Así, en 2021, la población gobernada por Morena pasa de cero a 73.3% en solo cinco años, cuando gana nueve ayuntamientos de los cuarenta y tres en disputa, entre ellos, Nuevo Laredo, Reynosa, Victoria, Matamoros, Altamira, Madero y Río Bravo.
Además, en las elecciones legislativas de 2021, el crecimiento del obradorismo en el estado dio otro paso importante: duplica su votación y arrebata al pan la mayoría del Congreso del estado. La coalición “Juntos Haremos Historia en Tamaulipas” ganó dieciséis de los veintidós distritos electorales, solo seis distritos fueron para el PAN (Tabla 2).
No obstante, ganada la mayoría de la LXV Legislatura con dieciocho diputaciones de Morena y dos del pt, hoy la bancada obradorista solo cuenta con quince curules, producto de maniobras operadas por el pan-gobierno que provocaron deserciones en la bancada de Morena.1
Campañas
Con el voto obradorista al alza, llegamos a la sucesión gubernamental de 2022, en la que se registran solo tres candidaturas. Ante el voto de castigo experimentado en la elección legislativa de 2021, el cabecismo optó por la candidatura de César Verástegui Ostos, entonces secretario general de gobierno, desplazando al senador Ismael García Cabeza de Vaca, primera opción para la sucesión hasta antes del desafuero y del triunfo de Morena en la renovación del Congreso del Estado.
Por su parte, Morena, PT y PVEM postularon, bajo la figura de candidatura común, a Américo Villarreal Anaya; un candidato con un triunfo en la elección de senadurías en 2018 y con el plus de llevar el nombre y apellido de su padre, un exgobernador tamaulipeco recordado por su honestidad y obras realizadas: Américo Villarreal Guerra. Mientras que el abanderado de Movimiento Ciudadano fue Arturo Diez Gutiérrez Navarro, empresario avecindado en Nuevo León y ex alcalde del municipio de Victoria.
Durante los noventa días de campaña, el obradorista Villarreal Anaya fue el puntero de todas las encuestas, superando al cabecista Verástegui Ostos por quince y hasta veinte puntos. Cabe destacar que, desde el inicio de las campañas, la estrategia de comunicación política de Villarreal Anaya lo diferenció claramente de los otros candidatos y lo conectó rápidamente con el deseo de la ciudadanía de cambio de partido en el gobierno. Su discurso se concentró en sus propuestas de gobierno; mientras que sus adversarios lo atacaron. Estrategia que lo hizo ganar el primer debate y, basado en la holgada ventaja otorgada por las encuestas, realizó un ejercicio de cálculo político: no presentarse al segundo debate para evitar desgaste por ataques a su persona y su familia.
El lunes diez de mayo, una rueda de prensa marcó el derrotero de la elección: el gobernador García Cabeza de Vaca irrumpió en el escenario político y, ante la campaña de Verástegui Ostos que no terminaba de prender, decidió tomar el control con un mensaje hacia el interior del panismo: la elección se gana a cualquier costo.2 A partir de ese día, la Fiscalía General de Justicia jugará un papel destacado en la sucesión, integrando los expedientes necesarios para librar las órdenes de aprehensión en contra de alcaldes de Morena y dirigentes identificados con Américo Villarreal Anaya.3
Las malas prácticas del funcionariado estatal se hacen presentes, infringiendo los principios constitucionales democráticos de imparcialidad y neutralidad política, así como de equidad en la contienda electoral. Por primera vez en la historia del estado, un gobernador es sancionado por la autoridad electoral mediante resoluciones de los PSE-80/2022 y PSE-81/2022 acumulados,4 PSE-89/2022, PSE-99/2022 y PSE-117/2022,5 promovidos por Morena, acreditando el uso indebido de recursos públicos y difusión de propaganda gubernamental en campaña, conculcando los principios de imparcialidad, neutralidad y equidad en la contienda electoral. El gobernador fue sancionado con tres amonestaciones públicas y una sanción de $96,220.
Finalmente, en el procedimiento sancionador especial PSE-118/2022,6 Gerardo Peña Flores se convierte en el primer secretario general de gobierno en ser amonestado por la autoridad electoral por difundir propaganda gubernamental durante la campaña, vulnerando los principios constitucionales de imparcialidad, neutralidad y equidad en la contienda electoral.
Resultados
En la víspera de la jornada electoral, la Fiscalía General de Justicia empieza a liberar órdenes de aprehensión; mientras, la Policía Estatal cobra presencia en las calles generando un entorno político para intimidar el voto del cambio a favor de Américo Villarreal Anaya. A la par, el cabecismo despliega una amplia operación política para movilizar las estructuras de la coalición a favor del candidato de la continuidad, César Verástegui Ostos.
La combinación de estos factores no logró su objetivo, pero cerró el resultado de la elección a solo seis puntos, suficientes para dar paso a la segunda alternancia en la gubernatura de Tamaulipas. Los resultados que dieron el triunfo de Américo Villarreal Anaya confirman la tendencia expansionista del obradorismo en Tamaulipas con una ganancia de 621 893 votos durante este sexenio. Votación casi veinte veces mayor al voto morenista en 2016 (Tabla 3).
Litigio poselectoral
Por primera vez, el litigio que solicita “dictar la nulidad de la elección” lo presenta el partido en el gobierno,7 autoría del exconsejero Marco Antonio Baños Martínez. Una elección que, el 19 de mayo de 2022, Américo Villarreal Anaya calificó como “Elección de Estado”, dicho ratificado en el escrito de tercero interesado presentado por Morena ante el Tribunal Electoral:
Durante todo el presente proceso electoral sí existió un clima de represión y de violencia general institucionalizada de parte del gobierno estatal en contra de militantes de nuestro partido político, convirtiendo la presente elección de Tamaulipas, en una elección de Estado a favor del candidato de la Coalición: PAN-PRI-PRD.8
Aun cuando la elección está sub judice, es innegable que el obradorismo ya conquistó Tamaulipas.