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Observando a los observadores

Leo en el boletín de prensa # 100 del INE que, hasta el 28 de marzo, 88,026 personas habían solicitado registro como observadoras del proceso electoral judicial, que habrá de culminar el domingo 1 de junio próximo. De ese total, un 61% son mujeres y 39% hombres. Sin especificar el motivo, el citado boletín consigna que al 5 de abril solo habían sido aprobadas 10,040 solicitudes, el 11.4% de las recibidas. Sin embargo, se han impartido 75,539 cursos para observador en modalidad virtual y 12,05 de manera presencial, para un total de 87,584 cursos. Lo anterior quiere decir que solamente faltan por capacitar 442 interesados. El 9 de abril, el INE reportó 124,642 solicitudes de registro, 41% mas que 10 días antes.

Esas cifras serían indicio de un elevado interés ciudadano en una elección que, si atendemos a las evidencias, es ignorada o desconocida por la ciudadanía. Incluso la expectativa de algunos consejeros del INE es que, en el mejor escenario, acudirán a las urnas el 14% de los inscritos en el padrón electoral. En el escenario pesimista acudiría el 5%. No hay correspondencia entre la indiferencia -o ignorancia- ciudadana ante la elección judicial, y el número de personas que han solicitado al INE participar como observadores de esa elección. 

Una hipótesis plausible es que entre una cosa (la participación) y la otra (la observación) no existe correlación. Es decir, el elevado número de observadores se debería a que, entre los que sí irán a votar en la elección judicial, hay un segmento muy interesado que solicita observar el proceso.

Otra hipótesis es que los candidatos están promoviendo la inscripción de observadores para que actúen como una especie de representantes en las casillas, ya que los partidos políticos no tienen vela en este entierro (nunca la frase popular fue más certera). Pero algo no cuadra en esa hipótesis. Visto que el total de candidatos es de 3,423, y el INE va a instalar 84 mil casillas, el número de observadores debería ser mucho mayor. Parece que la explicación no va por ahí.

Hay una tercera hipótesis, avalada por precedentes e indicios, que apunta hacia una simulación. Desde el gobierno y su partido se estaría simulando la inscripción como observadores de miles de los promotores del voto conocido como “servidores de la nación”, que están en la nómina gubernamental, así como operadores territoriales pagados por Morena, que como partido no puede participar en la elección judicial, pero burlaría la prohibición registrando como observadores a sus operadores. Una simulación.  

La intención del oficialismo sería contar en cada casilla, el domingo 1 de junio, con al menos un operador a su servicio, a fin de que, al estar registrados por el INE como observador electoral, puedan estar a pie de casilla, e incluso entrar en ellas, para coaccionar e inducir a los electores, incluso para entregar la plantilla con los números que el elector debe escribir en cada boleta. Esos mismos “observadores” serán los informantes que reporten al gobierno y a Morena el avance en la participación, los incidentes que ocurran, y al concluir el armado de paquetes electorales asegurar que los funcionarios de casilla vayan a entregar el paquete electoral a las oficinas del INE o del OPLE, según corresponda. 

Esa tercera hipótesis tiene sustento en los precedentes observados en las elecciones federales y estatales de 2021 y 2024, así como en la consulta de revocación de mandato, que para el oficialismo fue una especie de ensayo de movilización y coacción del voto, basado en el uso de los padrones de beneficiarios de programas sociales. En el mismo sentido apunta la reaparición de las elevadas tasas de participación ciudadana en los estados de mayor pobreza, que han regresado a niveles iguales o mayores a los vistos en los años de la hegemonía del PRI.

La inusual insistencia del gobierno y los legisladores de Morena en promover la participación de los electores en la elección del domingo 1º de junio es indicio de que las alarmas han sonado en los cuarteles del oficialismo. En el escenario pesimista de participación, además de la ilegitimidad de los que resulten ganadores, podría quedar al descubierto el operativo de coacción del voto para beneficio de los favoritos de Palacio.

Observar a los observadores es tarea indispensable para quienes, de manera independiente, estamos siguiendo el proceso electoral judicial. Una acción inmediata es solicitar que la misión de la OEA, encabezada por el excanciller chileno Heraldo Muñoz, y la de IDEA Internacional, con Marcela Ríos al frente, pongan atención en esta posible simulación, que convertirá una figura ideada para la participación ciudadana en una pantomima.

Posdata: La sentencia aprobada el miércoles 9 de abril, por mayoría de 3 votos, en la Sala Superior del TEPJF, autorizando al gobierno y a los legisladores de la 4T a promover la elección judicial confirma que la justicia electoral está muerta y enterrada.  

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Jorge Alcocer V.

Director fundador de Voz y Voto.


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