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Retos Electorales en Pandemia

Todos los ámbitos de la vida en sociedad se han visto afectados por la pandemia. Los procesos electorales, de suma importancia para la consolidación democrática, no han quedado ajenos a ello.  En América Latina, 12 elecciones han tenido que reprogramarse lo cual generó algunas controversias y exigió el esfuerzo mancomunado tanto de los poderes del Estado como de todos los actores intervinientes en los comicios para su realización. ¿Cómo han adaptado los distintos actores su labor en los procesos electorales? ¿Han surgido buenas prácticas de una coyuntura tan excepcional?

Órganos electorales

Ante la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud, los órganos electorales se encontraron con múltiples desafíos. Estos debían analizar la conveniencia de la realización o postergación de los comicios a fin de llevar a cabo elecciones en contexto de menor circulación del virus, pero a su vez, buscando establecer una fecha que brinde seguridad a la ciudadanía y a los actores políticos. En ese camino, la cooperación entre éstos, los partidos y los distintos poderes del Estado fue indudable.

Las limitaciones del ejercicio de sufragio en aquellos países que contemplan en su normativa el voto en el exterior también fueron un desafío debiendo adaptarse a las medidas gubernamentales vigentes al momento en los países del exterior en donde la ciudadanía votaba. De manera paralela, los órganos electorales empezaron el proceso de elaboración de protocolos sanitarios en articulación con áreas de salud y expertos en la materia, a fin de establecer medidas de seguridad que contemplen los distintos momentos del proceso electoral. El intercambio de buenas prácticas entre órganos electorales se transformó en un recurso esencial a medida que avanzaban los meses y los comicios rescatando los protocolos sanitarios ya implementados en otros países y adaptándose a cada contexto.

Es así que se pudieron ver medidas comunes en la mayoría de los procesos de la región como la ampliación de cantidad de lugares de votación y mesas electorales para la reducción de electores/as por mesa, provisión de barbijos y elementos de protección personal, incorporación de la figura del facilitador sanitario, segmentación horaria por rango etario, entre muchos otros. A modo de ejemplo, una particularidad fue el caso de las Elecciones Regionales y las Elecciones de Convencionales Constituyentes de Chile que se llevaron a cabo en el mes de mayo del 2021, donde además de ser postergadas en un primer momento, se tomó la decisión de desdoblar la jornada electoral en dos días buscando disminuir la circulación de personas.

Otro fenómeno de gran preocupación, en ascenso desde hace más de una década y acrecentado durante la pandemia, fue el de la desinformación y las fake news. Para atender a ello, los órganos electorales profundizaron los mecanismos de respuesta a través de campañas digitales (#YoMeInformo en Ecuador, el Proyecto “Certeza” en México, el Comité Técnico de Fact Checking en Perú), a través de alianzas con plataformas como Tik Tok y Twitter para el combate por la desinformación (Tribunal Superior Electoral de Brasil), o la suscripción de la “Declaración para combatir a la desinformación en los procesos electorales” (órganos electorales de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú).

Partidos políticos

La pandemia obligó a los partidos a buscar distintas formas de mantener su relación con la ciudadanía a quien debe representar, sobre todo en las campañas electorales donde la necesidad de transmitir de manera masiva sus ideales es imperiosa. Acercándose al día de la jornada electoral, estos debieron también trabajar en forma articulada con los órganos electorales para poder garantizar la fiscalización partidaria en los locales de votación respetando al mismo tiempo el aforo y las medidas sanitarias.

Las restricciones de movilidad ciudadana impuestas por los gobiernos en los distintos países tuvo impacto en las campañas electorales, volcándose los partidos políticos a las redes sociales. Además, con la pandemia siguieron implementando y recobrando importancia el empleo de medios masivos de difusión como la televisión, radio, cartelería, etc., como las herramientas más seguras en un contexto de alerta epidemiológica, haciéndonos pensar y debatir sobre el aspecto normativo para acceder a dichos recursos en función de democratizar la oferta electoral. También en clave de perspectiva de género: el acceso equitativo entre candidatos y candidatas.

El nivel de restricciones de movilidad ciudadana tuvo su correlato en el período electoral; en aquellos países donde las restricciones de movilidad social fueron mayores se limitaron los actos o “mítines” políticos. Ejemplo de ello es Argentina, donde la población históricamente tiende a manifestarse en las calles. En ocasión de las primarias de las elecciones legislativas no se observaron en general grandes convocatorias. Países como Chile, Jamaica o República Dominicana incorporaron en sus protocolos la restricción de circulación y campañas en público.

Participación electoral

Uno de los aspectos que fue de principal atención para todos los actores partícipes de las elecciones fue la participación electoral. En primer lugar, porque se entendía que implicaba gran movilización de personas y ello contribuiría a la circulación del virus, y luego por la preocupación ante la incertidumbre de cuáles iban a ser sus índices. Igual de importante fue la elaboración de estrategias de comunicación para transmitir seguridad a la ciudadanía a la hora de ejercer su derecho al voto.

Si bien durante los comicios desarrollados en la región durante el año 2020 se pudo observar una disminución de la participación electoral, esta no provocó un cuestionamiento por parte de las fuerzas políticas, organismos estatales o misiones de observación internacional. Asimismo, estos comicios se llevaron a cabo en un contexto de apertura económica progresiva luego de medidas de confinamiento, por lo que no se observó una relación directa entre las jornadas electorales y el incremento o disminución de las curvas de contagio.

Una situación un poco diferente se dio en los procesos electorales llevados a cabo durante el 2021, si bien tampoco se observó un aumento significativo de las curvas directamente relacionadas con los eventos electorales, en la participación electoral si se visibilizó una diferencia con un aumento en muchos de los comicios de la región. Estos fueron los casos de El Salvador, México, Chile (en sus dos comicios), Paraguay, y Honduras, donde el incremento va del 4 al 11% según los países.

Observación electoral

La observación electoral nacional e internacional ha logrado ya hace varios años convertirse en una parte fundamental de los procesos electorales en los distintos países de la región realizando un seguimiento de las elecciones programadas y generando recomendaciones con el fin de contribuir a fortalecer los mecanismos democráticos en cada uno de los países. Con la pandemia por el COVID-19, las misiones de observación internacional se han visto condicionadas lo que ha obligado a pensar en medidas para seguir contribuyendo en esta tarea.

Es así que desde el año 2020 las organizaciones que realizan observación internacional en la región han debido implementar estrategias híbridas combinando la tradicional -in situ- con herramientas virtuales presentándose como desafío, pero también como oportunidad para el enriquecimiento de sus funciones. Los órganos electorales - como el caso del Servel en Chile o el INE en México - han desarrollado capacitaciones de manera virtual que contribuyeron al acompañamiento a distancia y observación de los procesos electorales como complemento de la observación presencial. Asimismo, se promovió el desarrollo de misiones de avanzadas previas a la llegada al país, con intercambios en línea con partidos políticos, órganos electorales y otros actores relevantes a los procesos con el fin de anticipar las distintas perspectivas y fortalecer el conocimiento previo al arribo al territorio.

Además de este modelo híbrido, la observación electoral debió incorporar un nuevo eje en su análisis, dando seguimiento a las medidas sanitarias y legales tomadas por los poderes del estado y los órganos electorales e incorporando, a su vez, un módulo especial de cuidado personal sanitario en las capacitaciones desarrolladas a las y los delegados que iban a asistir al proceso.

Conclusiones

La pandemia por el COVID-19 presentó desafíos a todos los órganos de gobierno y a la sociedad; y reflejo de ello fueron los procesos electorales con los retos a los que se enfrentaron los distintos actores partícipes de estos comicios. Si partimos de la base que estos eventos movilizan a millones de personas y se deben buscar estrategias para garantizar tanto el derecho a la salud como el derecho al voto, la cooperación, la comunicación y el acceso a la información, parecieran ser tres herramientas claves que se encuentran indudablemente interrelacionadas y pueden fortalecerse en el tiempo.

Sabemos que la existencia de mecanismos de participación de los partidos políticos y de la ciudadanía en la toma de decisiones aumenta la confianza en los procesos y la integridad de los mismos. La cooperación y articulación de los distintos actores del proceso electoral en la toma de decisiones, como los órganos electorales, el poder legislativo y los partidos políticos, demostró ser de importancia en la búsqueda de garantizar el buen desarrollo del proceso electoral. Por ejemplo, a la hora de evaluar la postergación y establecimiento de fecha para la realización de los comicios; pero también en el momento de desarrollar los protocolos del proceso en general y de la jornada en particular, donde la ciudadanía es el actor clave.

Sin campañas de comunicación y acceso a la información, esta articulación entre actores no bastaría pues, si bien ya se sabía de su rol en los procesos electorales, demostró ser fundamental su profundización en la generación de información certera y concientización para el ejercicio democrático. Esta importancia se acrecienta con las campañas políticas enfocadas en su mayoría en las redes sociales y medios de comunicación y el consecuente aumento de las fake news.

Sin dudas esta pandemia dejó en evidencia que una crisis sanitaria y consecuentemente económica no puede ser utilizada de excusa para suspender elecciones demostrándose que el contexto puede influenciar el desarrollo de la elección, pero no definirlo. La democracia siempre es la mejor inversión y el actual contexto político e institucional de la región requiere de la consolidación de los procesos electorales garantizando a la ciudadanía el derecho al voto y fortaleciendo así las instituciones democráticas.


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Dolores Gandulfo

Integrante del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina, directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de América Latina y el Caribe (COPPPAL). Profesora de la Universidad Nacional Scalabrini Ortiz y la Universidad de El Salvador (Argentina). Miembro de la Red de Politólogas y de la Asociación de Estudios de Relaciones Internacionales de Argentina (AERIA).


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