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Una elección histórica. Inclusión, diversidad y retos de la democracia en México

Durante el proceso electoral 2023-2024 en México se votó por la primera mujer presidenta y se reflejó una sociedad incluyente y diversa. Marcó un avance en la igualdad de género y evidenció la importancia de seguir construyendo una ciudadanía activa y participativa. Este artículo reflexiona sobre cómo estas elecciones representan un punto de inflexión, al tiempo que llama a atender desafíos que enfrentamos para consolidar nuestro sistema democrático.

1.    Elección histórica. Las mujeres como eje de nuestro proceso electoral

2024 será recordado por la elección de la primera mujer en la presidencia de la República que evidencia una sociedad dispuesta a romper con los atavismos patriarcales. El hecho se produce 69 años después de que las mujeres obtuvieran el derecho al voto y, antes de esta elección, únicamente habíamos tenido cinco candidatas en las boletas para ocupar ese cargo[1].

Décadas de lucha han pavimentado el camino hacia la inclusión de las mujeres en la vida pública. El sufragio femenino en 1953 fue un hito que ha sido acompañado por la evolución legislativa. En 1996, el COFIPE aseguró un 30% de candidaturas femeninas. En 1998, el primer Parlamento de Mujeres impulsó reformas contra la discriminación. En 1999, se crearon comisiones de Equidad y Género en todas las legislaturas. En 2002, se estableció la alternancia de género en listas proporcionales. En 2007, se consolidó la proporción 40%-60% en candidaturas. En 2011, la sentencia "antijuanitas" del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) reforzó la paridad de género. En 2014, se reconoció la paridad en congresos federal y locales. En 2015, el "caso Morelos" amplió los criterios de paridad en candidaturas municipales. En 2019, la reforma "paridad en todo" aseguró la igualdad de género en todos los niveles de gobierno y candidaturas.

Así, la evolución social y normativa ha buscado asegurar que todas las voces sean escuchadas y representadas en nuestro sistema democrático.

2.    Participación y apoyo de la ciudadanía

En esta elección participamos más de 60 millones de votantes. De estos, el 87% dirigimos nuestro voto a alguna de las dos candidatas mujeres, subrayando un cambio en la percepción y aceptación de las mujeres en la política mexicana.

La candidata ganadora hizo historia por su género y por el nivel de apoyo obtenido. Recibió el 60% de los votos emitidos, lo que se traduce en más de 35 millones de votos a su favor. Este respaldo masivo sugiere que estamos presenciando una evolución en la política nacional, donde las estructuras tradicionales están siendo desafiadas y reconfiguradas por una sociedad que demanda mayor equidad y representación en todos los niveles del gobierno.

3.    Acciones afirmativas

La elección de 2024 promovió la paridad de género en todos los ámbitos y cargos electos, incluyendo acciones afirmativas para grupos indígenas, personas de la diversidad sexual, personas con discapacidad, migrantes[2] y ejercicios como el voto presencial en el extranjero y el voto de personas en prisión preventiva[3].

Las acciones afirmativas están fundamentadas en principios constitucionales como la igualdad y la no discriminación y el Instituto Nacional Electoral (INE) y el TEPJF han jugado un papel central en la interpretación y aplicación de éstos[4]. Pero la implementación de estas medidas no ha sido creación institucional pura. Los avances se deben a la sociedad civil organizada. El trabajo conjunto demuestra la evolución hacia un modelo donde cada voz tiene un espacio de representación.

4.    Voto en el extranjero

El derecho al voto de las y los mexicanos en el extranjero encuentra una base constitucional y legal[5] que ha permitido que las autoridades electorales mexicanas garanticen su derecho al sufragio de manera efectiva.

En este proceso electoral, se recibieron 187,388 solicitudes de inscripción a la Lista nominal del electorado en el extranjero en alguna de las tres modalidades previstas legalmente: postal, presencial en los módulos instalados en embajadas y consulados, y votación electrónica.

Por primera vez se llevó a cabo el voto presencial, habilitando 23 consulados en Estados Unidos, Canadá y Europa[6]. Fue posible elegir candidaturas para la elección presidencial, Senado, Jefatura de la Ciudad de México y gubernaturas de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla y Yucatán, así como diputaciones migrantes de la CDMX, Estado de México, Jalisco y Oaxaca.

La implementación del voto presencial en el extranjero, a pesar de desafíos presentados (como la necesidad de mejorar la comunicación, coordinación y capacitación en la recepción del voto) fue un ejercicio significativo en la búsqueda de mayor inclusión y cercanía con la ciudadanía, sin importar su ubicación geográfica.  

5.    Voto para personas en prisión preventiva

Otro aspecto fue el voto de personas en prisión preventiva. Su situación se caracteriza por una incertidumbre legal y aislamiento que debilita sus lazos sociales. Estas condiciones afectan su capacidad para ejercer derechos, incluido el derecho al voto.[7] En este proceso, se emitieron lineamientos específicos para asegurar que las personas en prisión preventiva estuvieran informadas sobre los procedimientos y plazos para ejercer su derecho al voto. Esto incluyó la recopilación de datos, la confronta biométrica y la asistencia en los centros penitenciarios para asegurar que las personas pudieran registrarse y votar.

Ello refleja un compromiso con los principios de justicia y dignidad humana. La participación de las personas en prisión preventiva en las elecciones es un reconocimiento de su presunción de inocencia y un paso hacia una justicia penal humana y democrática.  

6.    Retos de nuestra democracia

A pesar de los logros reseñados, persisten desafíos.

-       Una mayor y mejor participación.

Debemos buscar formas de fortalecer la ciudadanía, incentivando su participación continua en el debate público. Es necesario encontrar vías para convencer a ese casi 40% del padrón electoral que no ejerció su derecho al voto. Este desafío recae sobre todas las instituciones del Estado, los partidos políticos y la sociedad civil y es esencial para consolidar nuestra democracia.

El Estado debe llevar a cabo una función civilizatoria que involucre el respeto de los principios democráticos y las garantías para su ejercicio. Thomas Marshall afirmaba: “[…] [S]i las personas no reciben educación, atención sanitaria, ayuda en tiempo de debilidad, no serán ciudadanos porque carecen de civilización. La protección del derecho también civiliza, de forma que ciudadanía y civilización son raíces totalmente conectadas entre sí”.[8]

-       El débito frente al fenómeno de la violencia política

Una realidad lacerante en México es, sin duda, la violencia política, con un énfasis particular en la violencia contra las mujeres que busca coartar sus posibilidades de participación política.

El escenario es sumamente complejo. Durante este proceso electoral fuimos testigos de acontecimientos que ilustran con crudeza los retos que enfrentan las autoridades para garantizar la participación política sin violencia. La consolidación de nuestro sistema democrático impone afrontar, desde todas las perspectivas posibles, cualquier acto que pretenda privar a las personas de la posibilidad real de acceder a cargos públicos, así como aquellos que busquen obstaculizar su derecho a emitir un voto libre. Si bien en los últimos años se ha creado un andamiaje jurídico para enfrentar este problema, incluyendo leyes electorales y penales, protocolos, lineamientos y convenios, continúa existiendo una deuda para que la realidad sea distinta.

Por ello, pasadas las elecciones y los cómputos distritales, debemos poner especial atención al papel de la justicia electoral. Debemos seguir de cerca los criterios del TEPJF frente a impugnaciones que cuestionen la veracidad, legitimidad y legalidad de las elecciones. El desempeño del tribunal será esencial no solo para legitimar su actuación, sino también para afirmar su rol esencial en el andamiaje institucional de nuestro país.

Conclusiones

Los derechos políticos son el mejor instrumento que tiene la sociedad para moldear el país que queremos y para controlar el ejercicio del poder público. Es imperativo que se garanticen en un ambiente de paz y seguridad, libre de la amenaza de violencia, y se refleje genuinamente la voluntad del pueblo mexicano.

El proceso electoral 2023-2024 ha sido histórico por la elección de la primera mujer presidenta y por la inclusión y diversidad que lo caracterizan. La participación ciudadana debe ser incentivada aún más para consolidar una democracia participativa y deliberativa. La elección ha demostrado que México está listo para abrazar el cambio y avanzar hacia un futuro más inclusivo y democrático. La elección de la primera presidenta de México, parafraseando a Marta Caballero[9], es una posibilidad para muchas mujeres de abrirse a la esfera pública y plantear su papel como ciudadanas plenas.

Para lograr esto, debemos atender y erradicar los fenómenos que ponen en riesgo la democracia, como la violencia política. La creación de mecanismos de protección y promoción de los derechos políticos debe ser prioridad, asegurando que todas las personas, sin importar su género, origen o condición, tengan una voz y un voto en la construcción del futuro de México.

Con acciones claras y decididas, podemos enfrentar los retos actuales y construir una democracia representativa, participativa, equitativa y justa para todas y todos. La elección de 2024 es un testimonio de nuestra capacidad de cambio; ahora es el momento de consolidar esos avances y asegurar que nuestra democracia siga evolucionando en beneficio de todas las personas, particularmente para todas las mujeres.

[1] Rosario Ibarra de Piedra, Cecilia Soto González, Marcela Lombardo Otero, Marcela Patricia Mercado Guaida y Josefina Vázquez Mota

[2] SUP-JDC-338/2023 Y ACUMULADOS

[3] SUP-JDC-352/2018 donde el TEPJF resolvió que las personas en prisión preventiva tienen derecho a votar, amparadas bajo el principio de presunción de inocencia.

[4] En innumerables sentencias tanto la Sala Superior como las Salas Regionales han demostrado su vocación democrática y progresista.

[5] Artículos 35 y 41 de la Constitución y 54, 133, 136 y 136 de la LGIPE

[6] Para consultar los resultados de la votación presencial en las 23 sedes consulares visitar https://www.votoextranjero.mx/web/vmre/voto-presencial

[7] La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha determinado que las personas detenidas son especialmente vulnerables a la violación de sus derechos humanos: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.oas.org/es/cidh/ppl/docs/pdf/ppl2011esp.pdf

[8] Adela Cortina, Justicia cordial; Ed. Trotta; Madrid, 2010; p. 65

[9] En su libro Tres tiempos. Cambio social en tres generaciones de mujeres en México (2014); p.178.


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Roberto Zozaya Rojas

Maestro en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Actualmente se desempeña como secretario de apoyo jurídico en la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

@RobertoZozaya


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