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Protocolo

Hace mucho tiempo mis maestros me explicaron algunas reglas de protocolo, que me fueron útiles a lo largo de los años. Comparto algunas y transcribo primero la que establecía el viejo Reglamento del Congreso:

Artículo 186.- Al entrar y salir del salón el Presidente de la República, se pondrán en pie todos los asistentes a las galerías y los miembros del Congreso, a excepción de su Presidente, que solamente lo verificará a la entrada del primero, cuando éste haya llegado a la mitad del salón.”

Apunto: al referirse al “salón”, el texto refiere al salón de sesiones del Congreso, en que se reúnen senadores y diputados, cada 1º de septiembre y 1º de febrero.

Ahora bien, cuando el presidente de la República aparece ante el público acompañado por los integrantes del Gabinete Legal, el orden en que éstos deben ubicarse a sus flancos es el que marca la aparición de cada secretaría del despacho en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. Por ello, el protocolo es que los secretarios de Gobernación y de Hacienda deben flanquear al presidente en los actos oficiales. Los demás secretarios se intercalan, de derecha a izquierda, en el orden en que aparecen en la referida ley.

Cuando en una ceremonia oficial concurren, junto con el Titular del Poder Ejecutivo de la Unión, los titulares de los otros dos poderes, el protocolo establece que deben flanquear al primero. Esto es, el ó la presidenta de la Corte y el o la del Congreso de la Unión (que siempre lo es quien presida la de Diputados) deben estar a la derecha y la izquierda del presidente de México. Luego estarán ubicados los secretarios de despacho, en el orden antes señalado.

Cuando el presidente de México recibe los honores de ordenanza, que corresponden a su alta investidura, quienes lo acompañen deberán apartarse de su lado, pues ese alto honor se le rinde en su calidad de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. De igual manera, solo ante el presidente de la República la bandera nacional es inclinada, y el presidente se cuadra ante ella.

En ceremonias oficiales, como la toma de protesta o el informe anual, al presidente de la República se le rinden honores como Jefe de Estado, que consisten en 21 salvas de fuego desde cañones disparados por cadetes del H. Colegio Militar o de la H. Escuela Naval.

El protocolo también aplicaba para las secretarías del Gabinete Presidencial. En las ceremonias oficiales al secretario respectivo deben flanquearlo los subsecretarios que en el Reglamento Interior de la dependencia aparezcan en primero y segundo lugar en mención. Por ejemplo, en la de Gobernación eran el de Gobierno y el de Desarrollo Político. Además, ese es el orden de suplencia, en caso de ausencia definitiva del secretario.

Supongo que por analogía del protocolo establecido para la presencia del presidente de la República en el salón de sesiones del Congreso de la Unión, se generalizó la costumbre de que a la entrada de aquél en cualquier evento, todos los presentes deban ponerse de pie. Lo que no incluye aplaudirle.

Lo cierto es que en el actual gobierno las reglas de protocolo, escritas o por costumbre, quedaron en el cajón de los recuerdos.

Al presidente López Obrador nunca le ha importado el protocolo. Lo usual es que, donde aparece, a su lado esté el General secretario, y a veces, pocas, del otro lado, el Almirante secretario. No recuerdo otro presidente con una presencia militar tan intensa a su lado. Los otros secretarios del despacho se acomodan en cada evento como pueden. Lo demás es un batidillo cotidiano.

Sorprende que el presidente y su vocero se hayan molestado tanto por el hecho de que la presidenta de la Corte, la ministra Norma Piña, haya permanecida sentada en su lugar cuando se hizo primera mención del presidente de México en la ceremonia del 5 de febrero pasado en el Teatro de la República, en Querétaro. Por lo que se vio en TV la ministra no se puso de pie, aunque si aplaudió.

Digo que sorprende porque la violación manifiesta al protocolo fue del presidente de México, que aceptó, por acción o por omisión, que a la titular del Poder Judicial de la Federación la sentaran en el lugar más remoto posible en el presídium del Teatro de la República.

Si de protocolo hablamos, la disculpa corresponde darla al presidente. 


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Jorge Alcocer V.

Director fundador de Voz y Voto. 

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