El 11 de marzo la presidenta del INE anunció que “la OEA (Organización de Estados Americanos) mandará a su comitiva más grande que ha mandado en la historia de las elecciones de México” (sic). También informó que un grupo de la UNIORE (Unión Interamericana de Organismos Electorales) estuvo en México y regresará en tres fases, antes y en la jornada electoral del domingo 2 de junio.

A finales de 2023 un duende borró del presupuesto INE/2024 los recursos para el Fondo de Apoyo a la Observación Electoral (FAOE). A finales de enero de este año, la Junta General Ejecutiva del INE aprobó los recursos para ese Fondo. El boletín de prensa 44 del INE, que informó de esa aprobación, fue omiso en lo más importante: el monto de recursos aprobados. Más tarde se supo que asignaron 18 millones de pesos. Se sabe que en el presupuesto del TEPJF se asignaron 10 millones de pesos para el mismo propósito.

Hasta hoy nadie sabe cómo, cuándo ni quien asignará esos recursos, los más reducidos desde que en 1994 una reforma electoral, bajo la batuta del doctor Jorge Carpizo, abrió las ventanas de México para que el mundo nos viera votar. En boletín de prensa #138 el INE informó de la aprobación de los Lineamientos para el uso del FOAE, pero no hizo público lo que aprobaron. Nadie sabe cuál es el convenio para la presencia de la “comitiva” de la OEA, ni cuando aprobó el Consejo General tal invitación.

Organizaciones de la sociedad civil han manifestado extrañeza por las declaraciones de la presidenta del INE. Desde 1994 el principal destino de los fondos para la observación electoral fue la capacitación y despliegue territorial de decenas de miles de mexicanas y mexicanos el día de la jornada comicial.  El socio internacional de México para esa tarea fue el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Uno de sus directivos era Dong Nguyen, vietnamita al que México debería otorgar la condecoración del Águila Azteca.

Con la OEA hay varios problemas. El primero –insuperable- es que no hay tiempo para integrar y poner en campo una misión de apoyo técnico similar a las que para México formó en elecciones anteriores el PNUD. Los demás problemas no importan. Destinar recursos a visitantes internacionales sin conexión con las organizaciones de observadores nacionales, abandonadas a su suerte por el INE, es tirar el poco dinero a la basura.

Nadie en el INE dedicó tiempo y esfuerzo a analizar o preguntar por la problemática de los procesos electorales 2023-2024, para de ahí desprender el tipo y magnitud de la observación nacional y la asistencia internacional que hubiese sido necesario impulsar y apoyar, con recursos públicos y privados. Nada de eso hizo el INE. Ya no hay tiempo para hacerlo.

Son muchos los temas en que la observación ciudadana es necesaria para apoyar la integridad del proceso electoral. Por ejemplo, en 2023 desarrollamos un proyecto piloto para evaluar el impacto del uso de programas sociales en las elecciones para gobernadora del estado de México. Con un poco de recursos propios (CEPNA) y el apoyo desinteresado de amigos académicos pudimos acreditar la relación entre programas sociales y coacción del voto. Presentamos en Toluca, antes de la jornada electoral, varias recomendaciones a las autoridades electorales y gubernamentales. Algunas fueron atendidas por el Congreso local.

Buscamos el año pasado recursos para financiar un proyecto similar al antes mencionado, para el proceso federal 2024. Ni en México ni en el extranjero encontramos respuesta. Sin embargo, de esa experiencia surgió una positiva iniciativa: el Observatorio Ciudadano, integrado con especialistas en la materia electoral que, de manera personal y honorífica, estamos observado las elecciones. Con el INE y el TEPJF suscribimos, en agosto pasado, sendos convenios de colaboración para facilitar nuestra tarea. Esperamos sean cabalmente cumplidos por ambas instituciones.

Desde el año pasado hemos pedido que el INE difunda una intensa campaña en TV y radio, usando los tiempos de Estado, para educar e informar a la ciudadanía en el tema de los programas sociales. Para que el gobierno y su partido no intimiden o presionen con la amenaza de que los programas sociales serán cancelados si gana la oposición. Nuestra petición ha sido ignorada. En el INE están más preocupados por los 100 mil que –dicen- votarán en el extranjero, que por los 96 millones que podemos votar en México.

Es evidente que el gobierno de la República decidió tapiar las ventanas y ocultar la elección a los ojos de los visitantes internacionales y los observadores nacionales. En el INE han sido omisos en el tema. Están reaccionando tarde y mal.

Posdata. En su discurso del 6 de marzo de 1994 Luis Donaldo Colosio Murrieta celebró que, por vez primera, habría observadores nacionales y visitantes internacionales en la elección de aquel año. No habrá “vergüenzas que ocultar”, dijo. ¿Las hay hoy?

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