Las otras voces
Dadas las recientes reformas a 6 leyes generales y 2 federales en materia de Violencia Política contra las Mujeres por razón de género, se han desplegado una serie de foros, paneles, conferencias, reuniones de trabajo y demás actividades referentes a esta temática con la finalidad de analizarlas e incidir en la armonización de éstas con las leyes locales. En dicho contexto, autoridades electorales federales y locales, activistas, periodistas y mujeres que han sufrido este tipo de violencia, han realizado un sin número de planteamientos y detectado áreas de oportunidad para ir mejorando –en cada estado– la aplicación y operatividad de las reformas a nivel nacional.
Ellas (y algunos hombres aliados) decidieron sumarse y abrir un primer foro en el que sus voces fueran escuchadas a fin de regresar a la esencia, al origen del problema: las víctimas, creando un ejercicio de escucha activa en la que, quienes han vivido este tipo de agresiones, hicieran recordar a las autoridades el motivo y la finalidad de sancionar a quienes cometan este tipo de actos.
Este primer foro titulado «Las Otras Voces» fue convocado por la Asociación Mexicana de Consejeras Estatales Electorales, el Instituto Nacional Electoral, la Asociación Mexicana de Magistradas y Magistrados Electorales de los Estados Unidos Mexicanos y por la revista Voz y Voto, sumándose como participantes la Red Nacional de Consejeras y Consejeros por una Democracia Incluyente, la Red Cívica, la Asociación de Instituciones Electorales de las Entidades Federativas, el Centro de Investigaciones para la Equidad, Política Pública y Desarrollo, LuchadorasMx y la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo, contando con las Consejeras Nacionales y la Magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Esta actividad fue dividida en 3 paneles. El primero: La voz de las víctimas, en el que Maribel Muñoz Ramírez (síndica municipal del Municipio de San Juan Huactzinco, Tlaxcala) y Alejandra Mentado Basilio (candidata a la Presidencia Municipal de Zapotitlán Tablas, Guerrero, en 2018) compartieron sus testimonios de los casos de violencia a los que se enfrentaron. La primera refirió la serie de problemáticas que le atrajo el haber decidido realizar las observaciones que consideró pertinentes a la cuenta pública de su municipio: primeramente, un procedimiento en el que resultaron sancionados el Presidente y el Tesorero, desatando con ello una oleada de violencia en su contra a través de una vigilancia y persecución orquestada por dichos funcionarios y perpetrada –de manera estructural– por los demás integrantes del cabildo y los directores de las diferentes áreas del ayuntamiento, desde no recibirle oficios hasta prohibirle la entrada al edificio.
«… posteriormente vino la disminución de mi prestación económica. También soy sometida, de manera brutal, a un hostigamiento laboral en el que el cabildo me exige continuamente informes que, además, me los turna de forma extemporánea (60 carpetas es imposible revisarlas en tan corto tiempo), cuando la ley marca los términos para que sea remitida, a veces me las turnaban en horas… tampoco se me permite el uso de la voz o la toma de decisiones; cuando yo hablo, todos los integrantes del cabildo empiezan a hablar para que yo no me escuche, sin embargo, me acusan de no cumplir con mis labores. Lo que ellos buscan es que yo renuncie o incurra en una irresponsabilidad para poder responsabilizarme…».
El nivel de violencia incrementó y la casa de la síndica Maribel Muñoz fue baleada en tres ocasiones, por lo que tuvo que iniciar la denuncia correspondiente y hacer pública la situación para salvaguardar su seguridad y la de su familia.
«Tanto las actividades del ayuntamiento, como los procedimientos de denuncias, los he llevado con recursos propios… todo esto ha sido muy difícil y no he claudicado en este ámbito, porque a muchas mujeres les ha costado llegar y ganar espacios y creo, por ello, no sería válido retroceder».
Por su parte, Alejandra Mentado compartió que la política siempre le había gustado desde adolescente y que se dedicaba a ella a través del trabajo altruista en la comunidad indígena a la que pertenece, y aun cuando en su municipio no estaba previsto que una mujer participara, gracias al principio de Paridad ella entró con la ayuda de sus amistades. Sin embargo, durante la campaña se dio cuenta que la perseguían, siendo rodeada por gente desconocida que comenzó a disparar y que, si bien su municipio es peligroso, ella carecía de personas que la respaldaran con su seguridad.
«…Mucha gente decía que yo era una chamaquita y que no traía un cinturón como el de hombre para liderarlos… luego me decían que si sabía moler, que ni casada estaba y cómo pretendía resolver los asuntos del municipio...».
Añade a su intervención la experiencia de otra candidata a la que su esposo golpeaba porque no podía expresarse en público ni tener contacto social con las personas. «Muchas de las veces nos quieren poner en el mismo plato», haciendo alusión a cómo otras mujeres fueron obligadas por sus esposos a contender, aun cuando no fuera su voluntad.
Recomendó a las autoridades implementar una herramienta digital para que –desde el momento en que una mujer decida voluntariamente ser candidata–, esta genere una alarma para que pueda ser atendida por la policía en caso de ser necesario y, finalmente, señaló que en su municipio es impensable denunciar ya que, si te atreves a eso, te asesinan.
En el Panel 2, La voz de las periodistas, participaron Beirén Esliman y Fernanda Tapia. Esta última refirió que ha recabado varios testimonios de violencia política contra mujeres realizados, incluso, por sus mismos compañeros de partido:
«…desde no permitirles bajar recursos, pasando por criticar un evento por la forma en que la servidora pública va vestida, guerra de ataques en redes, hasta encerrarlas en sus casas… hay programas en los que el público parece que ya abrió la mente y entiende en donde radica esta violencia, pero hay otros en donde parece que no están escuchando… Esto es estructural, es como una marcha de mujeres en donde todo se centra en si rayonearon o no, o en que si un tipo golpeó a otro y, al final, todo mundo termina hablando de los señores y adiós a las peticiones de las mujeres».
Hace hincapié en el compromiso que tienen las mujeres que se encuentran actualmente en el poder integrando un gabinete más igualitario, lleno de gente capaz y conocedoras del tema de género, de que no deben callar. Es necesario que sus opiniones y decisiones sean respetadas y acatadas –asumiendo un verdadero compromiso con las mujeres para las que gobiernan– a fin de erradicar de manera eficaz la violencia, desmontando el machismo estructural, comenzando desde lo que se enseña en los libros de texto a niñas y niños, libres de estereotipos.
Beirén Esliman, de Baja California Sur, adujo que ha vivido malas experiencias como profesional a raíz de que investiga y publica los temas relacionados con la Paridad, la Igualdad Sustantiva y la Violencia Política contra las Mujeres en su estado.
«… cuando se estaba votando la armonización en el Congreso de mi estado, bajaron el punto de los bloques de competitividad por no considerarlo necesario, y al hacer la denuncia a través de las redes, recibí mensajes intimidatorios de líderes políticos; el último me llamó y me dijo: Beirén, es que te tienes que acostumbrar, porque esto va a seguir pasando y te tienes que resignar».
Las periodistas son blanco de ataques por alzar la voz en estos temas, atribuyéndoles estar vendidas o ser amantes de personas que pertenecen a los grupos fácticos, pero lo peor, refiere Beirén: «…la otra fue que traían información con los datos personales de mi hija, su escuela y hasta el número de expediente de mi divorcio; me hicieron llegar todo eso para intimidarme durante el proceso electoral, incluso me seguían hasta mi casa».
Ambas coincidieron en su compromiso de explicar los actos de violencia que se cometan en contra de las mujeres, pero que requieren de mucha capacitación para transmitir de una mejor manera la información a la sociedad, y que es imperante que se abran las especializaciones en periodismo electoral con perspectiva de género.
El Panel 3, titulado La voz de las defensoras y activistas, contó con la participación de Teresa Pérez del cipe,1 Lulú Barrera de LuchadorasMx y Josefina Meza de la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad en Todo, en ese orden. Tere Pérez destacó la importancia del contexto local e incidir en la reconstrucción de la violencia machista, en un trabajo muy fuerte en las masculinidades.
«Creamos toda una estrategia para vigilar, guiar y acompañar a las mujeres que quieren ser líderes de comunidad, que quieren ser diputadas, que quieren ser presidentas municipales; además, ¿cómo es posible que tengamos tan pocas gobernantes mujeres en este país? Eso nos habla del alto nivel de violencia machista y misoginia que tenemos, siendo las síndicas y presidentas municipales quienes sufren la mayor violencia política».
Destacó la importancia del verdadero acceso a la justicia y la debida implementación de la reparación del daño, las órdenes de protección y los análisis de riesgos, operando las reformas de manera interseccional, trazando una estrategia técnica, política y de autocuidado; juzgar con perspectiva de género.
Por su parte, Lulú Barrera presentó el trabajo al que se dedica LuchadorasMx desde hace un par de años –relacionado con las experiencias de mujeres defensoras y activistas que viven violencia digital–, documentando muy claramente cómo esta violencia cibernética tiene mucho impacto. Una gran primera tarea, dado que se cree que lo virtual no tiene impacto grave.
«… cuando tu recibes una amenaza digital o mensaje agresivo, tu cuerpo y tu emocionalidad reaccionan y te desbalanceas por completo, tiene un impacto en tu bienestar y, en casos más graves, tiene impacto en tu proyecto de vida… este sentimiento de estar siendo vigilada o estar bajo riesgo te lleva a modificar drásticamente tus conductas cotidianas. Las mujeres que estamos rompiendo esquemas y usando el espacio público estamos siendo atacadas por las personas que están siendo impactadas por este recambio de poder, es decir, por los hombres que están perdiendo privilegios».
Puntualizó que entre las formas de agresión recurrentes hacia las mujeres están las expresiones discriminatorias, las amenazas y el desprestigio, la gran mayoría relacionadas con la sexualidad de las mujeres, es decir, con juicios de carácter sexual respecto a la vida íntima de ellas o que las convertían en objeto sexual por su físico. El cuerpo y la intimidad de la mujer se consideran un objeto público del cual se puede disponer.
Josefina Meza, mujer activista de Querétaro, señaló que, después de sufrir violencia política como candidata, decidió dedicarse a defender tanto el principio constitucional de Paridad en Todo como a aquellas mujeres que sufren de este tipo de violencia –que muchas veces corta el proyecto personal de vida– y lastima no solo a las candidatas o servidoras públicas, sino también a sus familias: «… y entonces decimos, ¿qué hacer con esto?… ¿Lloro? ¿Me curo y dejo la política, o continúo y desde otros espacios trato de aportar?». Al final de su intervención reconoció la labor de las autoridades de proximidad, refiriéndose a las consejeras electorales locales, quienes realizan una gran labor a través de las Comisiones o instancias de igualdad de sus ople (Organismos Públicos Locales Electorales).
Finalmente nos quedan –para la reflexión– las puntualizaciones señaladas por las autoridades electorales en el sentido de que, con estas experiencias, quedó al descubierto la necesidad de contar con los elementos legales y materiales para sancionar la violencia política contra las mujeres, conceder medidas de protección, acompañarlas y verificar que no sólo se les restituyan sus derechos político-electorales, sino que también se sancione –de forma ejemplar– a quienes generen esta clase de violencia, sumando las voces y miradas de todas las mujeres para continuar avanzando y no retroceder ni un paso en la vindicación de los derechos logrados. De igual forma, queremos expresar nuestro agradecimiento a la creatividad y sensibilidad de la directora de la revista Voz y Voto, Gloria Alcocer, quien vislumbró, desde un primer instante, que el éxito de la reforma dependerá de la correcta implementación de la ley, bajo la lupa de la interpretación eficaz de los testimonios y experiencias de las mujeres que han vivido este tipo de violencia y se han atrevido a denunciarla, sumando todas las voces, creando así un nuevo paradigma por parte de todas las autoridades.